Por Agustín Lago
El comportamiento del delito en Rosario, al igual a la cifra de homicidios dolosos, suele tener picos y estancamientos en determinadas partes del año. Estadísticas oficiales apuntan que los veranos tienen la particularidad de ser más sangrientos mientras que el pase entre el otoño y el invierno es más pacífico. Sin embargo, los fines de semana, específicamente de jueves a domingo entre las 22 y las 6, se registra una mayor cantidad de hechos. El factor climático, un parámetro – no el único – a tener en cuenta.
Los encargados de estudiar el comportamiento del delito en una ciudad toman a los homicidios dolosos como punto de partida para entender cuáles son las “zonas rojas” y en qué momento del año tienden a tener una mayor violencia. Hacen más hincapié en ellos homicidios dolosos, ya que son hechos inobjetables más allá de las investigaciones que se desarrollan en la justicia para determinar las causas, porque existe un sector de la población que no denuncia que fueron víctimas de un robo o que no llamaron a la policía ante una situación que requiera de la presencia de efectivos.
Según la documentación del Ministerio de Seguridad a la que accedió este medio, Rosario tuvo entre enero y marzo de este año 70 homicidios dolosos y 33 entre abril y mayo. De los 103 casos, doce fueron en ocasión de robo. Cabe destacar que aún no está determinada la cifra del mes en curso.
Los asaltos y los homicidios tienen un lugar predominante de jueves a domingo entre las 22 y las 6. Y entre finales de diciembre y finales de marzo hay un considerable aumento en los homicidios dolosos. Es importante resaltar que el delito no es lineal y que la presencia policial o número de efectivos por sí solo no explica las causas de su aumento o disminución. Por dar un ejemplo, este jueves se cumplió un mes del arribo de Gendarmería a la ciudad y no hubo cambios bruscos en la cantidad de delitos o muertes, más allá de que el comportamiento delictivo en los barrios varió respecto al año pasado al igual que las tareas de las fuerzas federales.
El criminólogo, Francisco Broglia, explicó a Rosario3.com que “la medición del delito es compleja” y que el parámetro para determinar si aumentó o no la conducta delictiva es la cifra de homicidios dolosos, ya que consideró que “los otros registros tienen una tasa de subregistros”. “El robo simple muchas veces no se denuncia, por lo que los delitos registrados puede ser menor al real”, agregó.
Consultado sobre el incremento delictivo en el verano, Broglia expresó que la mayor circulación de personas por el espacio público por las altas temperaturas “puede incidir” en la concreción de robos y crímenes. “Pasa lo mismo los fines de semana, donde hay más hechos violentos”, añadió.
Sin embargo, el criminólogo precisó que los homicidios dolosos en Rosario están, cuantitavamente, más ligados a conflictos interpersonales, es decir, entre personas que se conocían y que resolvieron determinadas discusiones o problemas con armas blancas o de fuego. Esto, a su vez, está relacionado con el fácil acceso de determinados sectores de la sociedad al mercado negro de armas. “A veces pasa que una persona que estaba en una cárcel recibe el beneficio de libertad condicional y vuelve a su barrio a festejar en familia las fiestas y lo matan por un viejo inconveniente”, ponderó.
Por su parte, una fuente del Ministerio de Seguridad comentó que la baja del delito y de homicidios dolosos a diferencia del año pasado también está atada a la implementación de la Policía Comunitaria en siete barrios de la ciudad, a la Policía de Acción Táctica y al funcionamiento del plan “Rosario en paz”, donde efectivos trabajan según un mapa que apunta cuáles son las áreas que poseen altos índices delictivos.
Según los datos oficiales, en lo que va del año el centro de Rosario y la zona oeste son los dos puntos donde se realizaron mayor cantidad de llamados por robo y robo calificado. En la zona céntrica se explica por la densidad poblacional y por la gran cantidad de personas que circulan el sector. En este sentido, otra fuente del Ministerio de Seguridad contó que por lo general algunos delincuentes se dedican a asaltar a familias que tengan buen ingreso y que por ese motivo buscan el área céntrica y barrios privados. De todos modos, en toda la ciudad el número descendió de 3.368 – el pico más alto entre enero y febrero – hasta 2.168, que es el registrado entre mayo y finales de junio.
En tanto, la cifra más alta de llamados de personas que alertaron sobre hechos que tuvieron disparos de arma de fuego se concentró en la zona norte, sur y sudoeste. En este punto también se destaca el descenso de llamadas desde enero (716) a finales de este mes (495).
Por último, los heridos por arma blanca y de fuego también bajaron. Del pico de 200 personas entre febrero y marzo pasó a 113 entre mayo y junio.
Respecto a las estadísticas mencionadas, el criminólogo Francisco Broglia agregó que los delitos por lo general no se llevan a cabo en determinados espacios, mientras que los homicidios dolosos “se producen siempre en las mismas zonas”.