Después de un larguísimo tiempo sin tocar en Rosario, Joaquín Levinton se presenta junto a su banda Sponsors, este sábado en McNamara. El ex Turf completa con la nueva formación una noche que arranca a las 21 con dos grupos invitados: Lady O’Sampler, y las canciones de su nuevo disco Okey?, y El Golpe, que también adelanta los temas de su nuevo material Predicciones.
“Vamos a hacer temas de los dos discos (110% y A todo trapo) y también canciones de Turf. Es la primera vez que Sponsors se presenta en Rosario, así que la idea es hacer un show de rock and roll largo y bueno”, adelanta del otro lado del teléfono Joaquín Levinton, en diálogo con Rosario3.com.
— ¿Por qué tanta demora en venir?
— Es una excelente pregunta, pero no sé qué responderte. Pero supongo que después de esta fecha el camino va a quedar abierto. Creo que es un problema de nuestra organización personal y eso nos limitó. Perdón.
Tras las “disculpas”, el vocalista expresó su solidaridad por la tragedia de Salta al 2100, al tiempo que confirmó su nombre entre los artistas que participarán de los´> cuatro shows solidariosque Fito Páez, junto a Red Solidaria y Mundo Invisible, anunciaron para ayudar a los afectados por la explosión.
Levinton es, más allá de un compositor distinto, uno de esos músicos que tienen la facilidad para ir y venir por la senda del pop rock sin dejarse abrigar por expresiones pretensiosas.
“Cuando compongo una canción, mi deseo máximo es que a quien la escucha le guste, le sirva. No las hago para mí”, asegura.
Sus letras -tanto en Turf como en Sponsors-, atraviesan situaciones cotidianas y las capturan de un modo certero. ¿Existe alguna estrategia previa?
“Supongo que no tiene explicación eso. Y tampoco es tan simple. Podés pasar tiempo sin componer nada y ahí te das cuenta de que no sabés muy bien de dónde viene la mano. Pero pienso que viene un poco del subconciente (sic) porque muchas veces escuchás una canción y te das cuenta de cosas que están pasando en ese momento. Y no es que uno se anticipa, sino que, muchas veces, uno procede en la vida, en algo que quiere hacer, pero tarde. O no llegás a tomar la fuerza necesaria para hacer algo pero, en realidad, había algo en tu cabeza que ya te lo había dicho. Para mí, una canción es como un pensamiento sin filtro”, explica.
— Un optimista
— Totalmente. Soy una persona muy positiva y también muy responsable como cantante. Porque, cuando vos cantás tenés, una vida privilegiada y yo tengo transmitir eso. Soy muy observador de las cosas que pasan y tengo que tratar de alegrar desde ese lugar ¿No? Si puedo.. Y soy cero nostalgia. Me encanta el día de hoy, todo lo que sigue hasta el final (y enumera las actividades de la jornada). Y así todos los días.
— Y qué sale primero, ¿La música?
— Sí, generalmente. Pero siempre tiene que haber un disparador para la letra. Me pasa que cuando tengo la primera oración, es muy probable que tenga la letra muy cerca. Una buena letra es como si fuese una poesía, donde cada palabra es la que va.
— Y cómo es eso de que no hablaste hasta los cuatro años
— Ah, qué se yo. Probablemente porque de chico era muy tímido
— Y de grande rompiste esa timidez
— (lanza una carcajada) Bueno, pero yo tengo mis cosas tímidas todavía.
Levinton asegura que, de momento, su condición de obsesivo a la hora de terminar una canción no lo abruma. Anticipa que ya tiene listos los temas que van a conformar el tercer disco de Sponsors y que la banda entraría a estudios sobre el cierre de 2013.
“La batería y el bajo van a ser distintos, con un sonido más cercano a fines de los ’80 y principios de los ’90. Como más cercano a Virus, que es un grupo que a mí me fascina. Federico Moura tiene una mirada que hipnotiza. Y dejame acotarte algo: en el show hacemos Pronta entrega (Virus) y Un osito de peluche de Taiwán (Auténticos decadentes)”, anticipa sobre el recital de este sábado.
— ¿Te importa que a tus canciones las cante una hinchada?
— Me encanta que me coreen los temas en la cancha. Es como la expresión máxima. Me re importa en realidad. A mí, que me paren por la calle y me digan que les gusta una canción, me hace muy bien. Sentís que tuvo sentido hacerla. Entonces, imaginate si te canta toda una cancha. Y, quizás, el que la canta no sabe quién la hizo, entonces, es doblemente buena porque la canción vuela por sí misma.