Una mujer irlandesa de 30 años terminó ciega a raíz de un parásito que se le pegó en el lente de contacto y le "devoró" la córnea. Se trata de un caso extraño, pero posible según los médicos, quienes no pudieron hacer nada para salvarle la vista.
La protagonista de esta historia es Suzanne Dunne (30), una enfermera y madre de dos nenas, que mientras se duchaba el microorganismo llamado Acanthamoeba que vive en el agua se enganchó en su ojo y se introdujo en la córnea.
En ese momento llevaba puestos los lentes de contacto, los cuales crearon un vacío que provocó que el parásito se aferrara al glóbulo ocular.
“He usado lentes de contacto por años. Ese día me di una ducha con mis lentes, lo que he hecho muchas veces, porque nunca me han dicho que no lo haga. Me entró un poco de picazón en el ojo y, a medida que avanzaba el día, empeoró, pero pensé que había algo en mi ojo", contó Dunne a la prensa local.
Los médicos explicaron a la mujer de 30 años que el parásito entró en su ojo porque el agua de la ducha estaba “demasiado caliente”. Atrapado tras la lentilla, el único camino que le quedaba era abrirse paso a través de la córnea, lo que provocó la ceguera de Dunne, indicó diario ABC de España.
Desesperada, la mujer le pidió a su marido que la acompañara al hospital, donde los profesionales médicos le explicaron cómo había sucedido el hecho. Aunque la ceguera no es irreversible, Dunne tendrá problemas de visión y una cicatriz en la córnea de por vida.
“En condiciones de calor y debido a que no hemos tenido mucho últimamente, el parásito se multiplica y es endémico. Aunque está muerto, el daño está hecho”, agregó la víctima, una de los 50.000 usuarios de lentes de contactos que puede sufrir esta rara infección, según estadísticas.