Un equipo de desarrolladores e ingenieros de la firma Gaumard Scientific, fabricante de todo tipo de simuladores de atención médica, lanzó hace poco un robot que busca revolucionar el entrenamiento médico. Se trata de HAL, un humanoide que luce como un paciente de cinco años y ofrece una serie de opciones de entrenamiento para los futuros médicos.
HAL no solo se parece a un niño. También se comporta como uno de ellos. Puede seguir un dedo con sus ojos, responder preguntas, llorar para que venga su madre por él y hasta experimentar reacciones alérgicas. Puede respirar más rápido o hasta orinar si está muy asustado. Sus ojos son interactivos y responden a las situaciones de diagnóstico. La pupila, incluso, muestra dilatación ante la presencia de luz directa. “El simulador de paciente pediátrico más avanzado del mundo”, lo llama en su página web.
Además, este prototipo robótico presenta un corazón y pulmones artificiales que emiten sonidos muy similares a los reales, así como sonidos intestinales. Sus dedos también pueden sangrar cuando se cortan.
El objetivo de este humanoide no es otro que entrenar de forma más precisa a los profesionales de la salud para que puedan realizar pruebas durante su formación sin necesidad de recurrir a pacientes. Tomar la presión sanguínea, chequear el pulso y monitorear su respiración, son algunos de los exámenes que también pueden llevar a cabo con este prototipo.
De igual forma, pueden practicarle una electrocardiografía, medirle la frecuencia cardiaca o emplear herramientas como un bisturí o tubos de respiración para llevar a cabo procedimientos realistas.
Creadores temieron traumatizar a médicos
La compañía Gaumard tiene un largo historial en producir equipamiento médico. Además de HAL, entre su lista también tiene a una robot madre capaz de dar a luz y a un bebé recién nacido, que refleja todas las complicaciones de un parto.
Con HAL, sin embargo, la empresa ha llevado los entrenamientos a un nuevo nivel, ofreciendo a los estudiantes un nivel altísimo de interacción con un paciente robot antes de ser expuesto a personas.
Pese a ello, la idea de hacer prototipos que se vieran demasiado humanos no los sedujo. Temieron, según informaron, que pudiesen traumatizar a estudiantes principiantes de situaciones de emergencia. Por ellos optaron por no añadirle pecas o pelo real.