Implantaron un mini corazón artificial, del tamaño de una pila AA a una niña de tres años, que sufría miocardiopatía dilatativa. La operación, realizada en el Hospital Pediátrico Niño Jesús, en Roma, Italia, salvó la vida de la pequeña.
Se trata de una intervención excepcional, cuyos primeros resultados permiten tener buenas esperanzas: la niña, operada el 2 de febrero y aún hospitalizada, está bien, camina, come y juega, según consignó Doc Salud.
El minicorazón, llamado Infant Jarvik 2015, está próximo a la experimentación clínica en EEUU, pero el nosocomio obtuvo un permiso extraordinario para su utilización por uso compasivo previo consenso del Food and Drug Administration estadounidense, el Ministerio de Salud y el Comité de Etica de la institución.
Se trata de la segunda intervención en el mundo de implante de minicorazón después de otra realizada en 2012, siempre en el hospital de la Santa Sede.
Para la niña el minicorazón representaba la última oportunidad después del fracaso del implante de un Berlin Heart, un corazón artificial paracorpóreo que necesita el auxilio de una consola externa conectada con cánulas al tórax del paciente.
El minicorazón podría ser ahora un giro decisivo: "Si las hipótesis de menor mortalidad y morbilidad se confirman en los tests clínicos que comenzarán en 2018 en Estados Unidos, se trata de una auténtica revolución en el mundo de la asistencia mecánica pediátrica", afirmó Antonio Amodeo, responsable de transplantas de corazón artificial en el Niño Jesús, que realizó la intervención.