“Me voy de Tigre porque le quiero brindar seguridad a mi familia. Tengo dos hijos que valen más que una pelota. Ya hablé con mis compañeros, con el cuerpo técnico y entendieron. No es lindo irse de esta manera”, aseguró Matías Giménez.
“Se dijeron muchas cosas, pero la verdad es que fue a la salida de un entrenamiento, en una calle de San Fernando. Estaba en el auto y me pararon unos hinchas para recriminarme la actitud, que ponga huevos. La discusión se fue acalorando y terminamos a las manos”, reconoció el mediocampista.
Giménez seguirá entrenando bajo el mando de Diego Cagna hasta fin de año, pero ya piensa en el futuro: "Ojalá que sea algo lindo, ir a jugar a otro país".