En torno a una de cada cuatro parejas del mundo occidental dece problemas de infertilidad, esto es, la imposibilidad de lograr la concepción natural de un hijo tras 12 meses de relaciones sexuales sin el uso de métodos anticonceptivos. Unos problemas que, si bien pueden tener una causa biológica –sobre todo, la edad "avanzada" de los progenitores–, tiene en muchos casos un origen psicosexual. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que la mayoría de terapias se dirigen solo a los aspectos meramente biológicos de la enfermedad, según publica abc.
De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio Imperial de Londres (Reino Unido), en el que se sugiere que los trastornos psicosexuales, y por tanto un gran número de casos de infertilidad, podrían tratarse de forma eficaz con la administración de una única hormona –la denominada ‘kisspeptina’.
Como explica Waljit Dhillo, director de esta investigación publicada en la revista "Journal of Clinical Investigation", "a mayoría de los estudios y los tratamientos para la infertilidad desarrollados hasta el momento se han centrado en los factores biológicos que dificultan que una pareja pueda concebir de forma natural. No hay duda de que estos factores representan una parte fundamental de la reproducción, pero el papel que el cerebro y el procesamiento emocional juegan en este proceso es también muy importante y únicamente parcialmente conocido".
Como concluye Alexander Comninos, co-autor de la investigación, "nuestro trabajo muestra que la kisspeptina no solo potencia la actividad cerebral asociada al sexo y al romanticismo, sino que también alivia los estados anímicos negativos. Un resultado que sugiere la interesante posibilidad de que la kisspeptina pueda tener utilidad en el tratamiento tanto de los trastornos psicosexuales como de la depresión, graves problemas de salud que en muchas ocasiones cursan de manera conjunta".