Érica Berni es una de las sobrevivientes de la tragedia de Monticas, de la que este sábado se cumple un año. En contacto con Radio 2, habló de los sentimientos que mueve esa fecha, de los dolores físicos que todavía padece y del recuerdo de las 13 víctimas fatales.
“No es fácil vivir con 13 muertos encima. De una forma u otra, uno se siente culpable porque yo me salvé y los otros no”, dijo Berni en diálogo con los periodistas Ciro Seisas y Hernán Funes del programa A Diario.
Ese 24 de febrero Érica se tomó la Metropolitana para regresar a Zavalla tras haber hecho las compras escolares para su hijo mayor; tiene tres, hoy de 7, 5 y 3 años. No era un día ni un horario en el que solía viajar, sin embargo, conocía a casi todos los pasajeros.
El choque ocurrió cerca de las 11 a la altura de Pérez, en el kilómetro 779 de la ruta 33. El colectivo en el que viajaba Érica y que manejaba Aníbal Pontiel colisionó contra el de Monticas –ambos pertenecen a la misma empresa– que conducía Gustavo Souza. Ambos se encuentran en la lista de fallecidos.
“Lo que nunca me voy a olvidar es el pedazo de cubierta que voló y el grito de Aníbal”, había asegurado Érica tras el choque, cuando se recuperaba de las heridas.
La joven mamá de 27 años había quedado atrapada entre los asientos lo que evitó que saliera despedida como la mayoría de los fallecidos. Sin embargo, el golpe le produjo una fisura de cráneo y un desgarro de 8 centímetros en una pierna.
Todavía siente las secuelas físicas, pero, aseguró, lo que más le duele es el recuerdo de las personas que murieron ese día y la falta de conciencia de muchos a la hora de conducir.