El microondas es uno de los electrodomésticos más utilizados porque es fácil y cómodo de utilizar, aunque son muchos los que se preguntan qué efectos tiene en los alimentos que se exponen a él y en la salud de los consumidores.
Un mal uso o mantenimiento del microondas puede afectar negativamente los alimentos después de haberlos calentado o descongelado, y por tanto ocasionar consecuencias negativas al consumidor.
Muchas veces, cuando se calienta la comida en el microondas quedan puntos fríos a los que no llega el calor, por lo que puede ocurrir que algunas bacterias o microorganismos sobrevivan y no sean destruidos para su consumo posterior, según consignó EFE.
Por otro lado, cuando el microondas está dañado puede provocar una fuga de las radiaciones que emite. Si bien las mismas en principio no son nocivas para la salud, se siguen realizando estudios sobre este campo para diagnosticar posibles riesgos.
El uso de recipientes de plástico no es recomendable porque puede que partículas de plástico pasen a los alimentos. Por ello, solo se deben utilizar envases que certifiquen que sean aptos para su uso.
Los alimentos que puedan retener vapor de agua en su interior es mejor no exponerlos al microondas porque hay posibilidad de que puedan explotar y ocasionar quemaduras.
A pesar de su uso cotidiano, el microondas es uno de los electrodomésticos más descuidados en cuanto a limpieza. Las salpicaduras y restos de comida consecuencia de su uso, si no se limpian, pueden terminar emitiendo malos olores o influiren su deterioro progresivo. Lo ideal es mantener siempre limpio el interior, así como la tapa con la que protegemos recipiente y comida.
Tips para el buen uso:
- Colocar los alimentos repartidos por el recipiente
- Cubrir la comida con una tapa apta durante la cocción
- Parar y remover a mitad de cocinado para evitar los puntos fríos
- Sustituirlo cada 8 o 9 años
- Usar recipientes de cristal o porcelana en vez de plástico
- Ajustar y no superar los tiempos de cocinado recomendados