La inteligencia emocional es la capacidad de todo ser humano para reconocer, entender y manejar sus emociones y, también, para reconocer, comprender e influir en las de los demás. Se trata de la capacidad de ser conscientes de las emociones y del impacto que éstas tienen en nosotros y en aquellos que nos rodean.
Pese a que es un concepto que comenzó a desarrollarse en 1920, aunque recién fue retomado en 1985, los especialistas consideran que es una de las competencias más importantes a enseñar en los centros educativos de la actualidad.
El sitio Aula Planeta detalló las claves para entender en qué consiste la inteligencia emocional:
- Percepción de las emociones, a través de señales no verbales como el lenguaje corporal y las expresiones faciales, por más que resulten casi imperceptibles.
- Razonamiento a partir de las emociones para así promover el pensamiento y la cognición. Esto permite priorizar una u otra reacción, dependiendo de la emoción a la que se quiera dar respuesta a través de la empatía.
- Comprensión de las emociones. Toda emoción esconde una motivación, una causa que es interpretada por quien la presencia.
- Gestión de las emociones. El saber cómo y cuándo responder a las emociones de aquellos que nos rodean a través de esta gestión emocional, lo que contribuye a la socialización.
Toda persona con una elevada inteligencia emocional es capaz de sostener una relación de forma empática, respetuosa y satisfactoria para todas las partes, gracias a las competencias adquiridas para la resolución de conflictos a través de la comunicación.