Alegría, asco, ira, miedo, sorpresa y tristeza. Son sentimientos que se manifiestan en nuestro rostro y a la vista de los demás. Son cotidianamente reconocibles en cuestión de milisegundos. Detectar estas emociones faciales es una capacidad de lo que en psicología se conoce como ‘Teoría de la Mente’, una habilidad para inferir estados mentales en las personas que nos rodean.

En función de esto, un estudio de la Universidad de Flores, Buenos Aires, se propone adaptar localmente la Batería de Lectura de la Mente en el Rostro, originaria de Cambridge, Inglaterra, y así establecer normas y validar esta tarea de reconocimiento emocional, en cuyo rendimiento tienen incidencia variables como el sexo, la edad y el nivel educacional. Para ello, se administrará a 150 adultos jóvenes y 150 adultos mayores sin patología una versión traducida y adaptada de esta prueba. Se les mostrarán cincuenta videos, más dos de prueba, en los que distintos actores de diferentes edades, etnias y sexos representan una emoción. Los participantes deben elegir, entre cuatro opciones, cuál de ellas se ajusta mejor al video mostrado.

“La Teoría de la Mente –explica el psicólogo Pablo Gómez, director del proyecto– no es simplemente una teoría, sino una habilidad, así como la memoria o la atención, que nos permite representar los deseos, las creencias y sentimientos de los demás con independencia de los propios”.

Según el investigador, la lista de emociones básicas y los criterios para catalogar una emoción como tal varían. Una de las clasificaciones más extendidas es la de Paul Ekman, psicólogo norteamericano pionero en este campo, que sostiene que las emociones básicas son aquellas de expresión universal, innata, y que no contienen otras emociones como parte. Allí aparecen las citadas anteriormente: alegría, asco, ira, miedo, sorpresa y tristeza. Por el contrario, científicos escoceses plantearon recientemente que las emociones básicas no son seis sino cuatro, dado que consideran que el miedo y la sorpresa, así como la ira y el asco, comparten movimientos faciales y pertenecen a la misma categoría.

Fuente: http://argentinainvestiga.edu.ar