El puente que cruza el arroyo Saladillo permanecía cortado este jueves en una mano por “precaución”. El cruce fue interrumpido ayer ante la crecida del caudal producto de las intensas lluvias y el corrimiento de la cascada. Las familias que viven en los márgenes, que fueron relocalizadas y las que aún no se fueron, no podrán regresar ya que se convirtió en una zona inhabitable. Aseguran que la cascada volvió a correrse unos 25 metros.
En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), el intendente de Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci, confirmó que este jueves permanecía interrumpido el tránsito en el puente Ayacucho, corte en una sola mano que ayer fue dispuesto ante la subida del arroyo y el desplazamiento de la cascada. Personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) organizaba el tránsito en el lugar donde el alerta se había encendido esta mañana ya que se señalaba que la cascada se había vuelto a correr unos 25 metros más.
“Hicimos una reducción del tránsito por precaución porque por este tema la gente paraba en el puente, se formaban dobles filas, estacionaban mal los autos. Se tomó esta decisión para no generar invonvenientes”, indicó Ricci, quien señaló que se sigue monitoreando el arroyo: “Viene bajando el nivel del agua, en breve van a poder ingresar los buzos para revisar la estructura”, anticipó.
También se refirió al movimiento de la cascada: “Está a unos 150 metros de la avenida San Martín de Villa Gobernador Gálvez o de Ayacucho, en caso de Rosario. Eso monitoreamos, sabemos que entre 2006 y 2014 permaneció estable pero desde entonces se corrió unos 500 metros hacia el puente. Es un terreno muy degradable y el agua lo ha erosionado fáculmente”, explicó.
En cuanto a las familias que habitan los márgenes del arroyo, Ricci confirmó que la intendencia de Rosario contabilizó a 16 y mencionó a las asentadas en casa de material en inmediaciones del frigorífico Swift. “No sólo hay que hacer una obra de la cascada sino de contención de la barranca”, remarcó y advirtió: “Esa zona no se puede habitar más, no puede haber ningún asentamiento, esas familias tienen que ser scadas de allí”. Cabe destacar que las personas que levantaron precarias viviendas recibieron un aporte económico para alquileres y se fueron del lugar pero aún quedaban algunos habitantes.
El jefe de gobierno de la vecina localidad, además, advirtió que hay un ensanchamiento de la cascada y que hay una sola boca de salida: “Estamos en un embudo”, destacó. Consultado por los periodistas Evelin Machain y Pablo Montenegro sobre la obra que se necesita realizar para frenar el movimiento e impedir que siga acercándose al puente, manifestó: “Estuvimos con (el ministro de Infraestructura y Transporte) José Garibay. Hay que estudiar las alternativas que a corto plazo sean las más útiles. Tenemos muchas para diagramar pero tiene que ser una obra que sirva, la que fue programada dejó de tener vigencia”.