Aunque la XVI Conferencia Internacional sobre el Sida celebrada en Toronto ha constatado el progreso realizado en los últimos años contra la enfermedad, la reunión también ha dejado claro que quedan muchos problemas por solucionar.
En el capítulo de los avances sin duda uno de los más mencionados ha sido la constatación de que en el Africa subsahariana, la región más afectada por el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), el número de personas tratadas con antirretrovirales se ha multiplicado por 10 con respecto a hace tres años. En total, más de un millón de personas en la región reciben el tratamiento. Aun así, sólo un 63 por ciento de las personas que deberían estar tomando medicamentos lo hacen. Y a nivel mundial, la cifra de personas en tratamiento se reduce al 24 por ciento.
Otra de las buenas noticias de la cumbre ha sido la atención prestada a la prevención de la propagación del VIH y los avances que se preven en el corto plazo en métodos, técnicas y productos para dificultar la transmisión del virus. El uso de condones ha sido ampliamente promovido por la mayoría de presentes en la cumbre, incluidos el matrimonio formado por Bill y Melinda Gates y el ex presidente estadounidense Bill Clinton. Pero la realidad es que el uso de preservativos es mínimo en muchos países por la oposición de los hombres y la imposibilidad de las mujeres para imponerlo.
En Toronto, Clinton, Gates y el enviado especial de la ONU para el sida en Africa, Stephen Lewis, han destacado los avances en el terreno de los microbicidas, cremas que las mujeres tendrán la libertad de utilizar a voluntad y que formarían una barrera para impedir la penetración del VIH. Hay al menos 16 microbicidas en desarrollo, de ellos cinco en fase avanzada, y los primeros productos comerciales podrían estar disponibles dentro de cinco años.
Otra herramienta preventiva que se apunta es la circuncisión masculina. Un estudio realizado el año pasado señaló que la tasa de reducción de infecciones entre hombres circuncidados es del 60 por ciento.
De confirmarse estas cifras el próximo año, Lewis considera que sólo en Africa la circuncisión masiva de la población masculina podría reducir, al año, en dos millones el número de infecciones.
Y por supuesto, la ansiada vacuna. Lewis está seguro que antes existirá un microbicida y después una vacuna.
La fecha no será antes del 2016, pero científicos y activistas repiten una y otra vez que es la única solución para que la epidemia desaparezca ya que no hay cura para el sida. Para obtener esa vacuna la clave puede pasar por aquellas personas que están infectadas con el VIH pero no desarrollan sida. Son una excepción, alrededor de 1 por cada 300 infectados. La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard ha identificado a unas mil personas con estas características y ha anunciado que analizará su material genético para encontrar el origen de su inmunidad.
Las malas son tantas o más numerosas. En primer lugar, el 76 por ciento de los enfermos que necesitan tratamiento en los países en desarrollo no recibe los medicamentos que salvarán sus vidas. El resultado es que el año pasado murieron 2,8 millones de personas a consecuencia de la enfermedad, un poco menos de 8 mil personas al día. En el mundo viven 40 millones de portadores del VIH.
Hasta ahora Africa ha sido el continente que más ha sufrido con la enfermedad pero los expertos han advertido que el crecimiento del HIV/sida en Asia, el continente más poblado del planeta, se está acelerando y sin una intervención rápida y decidida se podría disparar en los próximos años. Para encarar estos problemas serán necesarios 15 mil millones de dólares este año y para el 2010 la cifra se duplicará.
Los países más ricos del mundo no están cumpliendo con las aportaciones prometidas para la lucha contra el SIDA, lo que Lewis ha calificado de "traición". Para referirse a la actitud de muchos de los principales nombres del sector farmacéutico, los activistas usan la palabra "avaricia". La realidad es que pese al progreso, los medicamentos tardan en llegar a los países más pobres y los más efectivos tienen precios desorbitados.
Fuente: EFE