“Podés llamarme como quieras: Gerónimo, Carolina”. Quien habla es una de las dos primeras personas en el país que consiguieron ser reconocidas legalmente como de sexo indefinido y que así figure en el documento.

La decisión del Registro Civil de Mendoza se basa en la ley de identididad de género que, según explicó en el programa A diario, que conduce Alberto Lotuf en Radio 2, la investigadora Adriana Krasnosw, en la ley de identidad de género.

La también profesora en Psogrado de la Facultad de Derecho de la UNR esa norma acepta que el género se define por “la vivencia interna de cómo se percibe una persona en su interior”.

En el caso de Carolina Gerónimo o Gerónimo Carolina nació como María Carolina y a lo largo de su historia fue sintiéndose en distintos momentos hombre o mujer. Hoy entiende que no es ni uno ni la otra.

“En gran medida el problema es por esta unión que se hace entre dos ámbitos que deben ser separados, una cuestión es el sexo y otra el género. En la cultura occidental estamos acostumbrados a diferenciar femenino y masculino. Pero hoy géneros y sexo deben ser considerados diferentes uno de otro, y esto es lo que se plasma en el artículo 2 de la ley de identidad de género, donde se define el género según la autopercepción de la persona”, explicó Krasnow.

Para la profesional, “la historia de vida justificaba la respuesta que (Gerónimo Carolina o Carolina Gerónimo) pedía del Estado”.

Distinta es la postura de Verónica Melo, profesora de Introducción al Derecho de la Universidad Católica. La docente admitió que la ley “permite  el género autopercibido”, pero sostuvo que esto debe darse dentro de los “límites biológicos”.

“Cromosómicamente somos mujeres o varones. Biológicamente no hay una tercera opción que pueda llamarse idefinido”, afirmó.

Y agregó: “El resto son construcciones culturales”.