El asesinato del diputado provincial del Partido Demócrata Progresista (PDP), Mario Domingo Armas, ocurrido en febrero de 1986, se reabrió y podría terminar con una impunidad de casi 32 años como consecuencia de un dato que llegó a la familia.
Según contaron el hijo y el nieto de la víctima a Telenoche (El Tres), un ex agente del Servicio de Inteligencia del Ejército habría contado de forma pública que había cometido el asesinato y esa información permitió reactivar la causa, que no estaba formalmente cerrada pese al paso de tres décadas.
Mario Lisandro Armas, el hijo de la víctima, afirmó que fue el periodista y diputado provincial Carlos Del Frade quien se comunicó con él y le dio el nombre de Raúl Campilongo.
"La primera noticia que tengo de Raúl Campilongo es que me lo nombra Del Frade. Él me llamó por teléfono y me dijo que tenía un dato concreto sobre el asesinato de mi padre. Que se habría jactado en una cena pública o una reunión de abogados de haber sido el autor del crimen del diputado Armas", señaló el hijo de asesinado a balazos con 71 años, ocurrido el sábado 8 de febrero de 1986 en el edificio de Paraguay 846.
Mario Lisandro aseguró que la información confirma la sospecha de que se trató de un crimen político. "Su palabra y opinión eran escuchados por toda la Cámara de Diputados, y puede haber molestado a cierta dirigencia, para nombrar o quitar jueces", analizó.
El nieto de Armas, también de nombre Mario, contó a Telenoche que no conoció a su abuelo pero que la reapertura de la causa implica "la posibilidad de acercarnos a una verdad" y "reconforta tener datos concretos y precisos acerca del asesinato".
Recalcó que "esto no solo es del interés de la familia porque se trató de un hecho político". Lo cierto es que Campilongo, el ex agente de inteligencia, deberá declarar el próximo jueves 14 de diciembre en la Justicia.
Impunidad en una etapa oscura
Según publicó el periodista Osvaldo Aguirre en Rosarioplus, Campilongo fue acusado por el ex agente de inteligencia Eduardo Costanzo de haber participado en el secuestro de los dirigentes peronistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereira Rossi, en el bar Magnum de Rosario, en 1983, pero la justicia lo absolvió por falta de pruebas. También fue señalado por el abogado Jorge Majul como la persona que lo baleó, un antecedente que el propio Majul expuso en la reciente investigación sobre el asesinato de Armas.
Majul recordó que Campilongo “trabajaba en el estudio de Cerrutti”, en alusión al abogado Héctor Cerrutti, de notoria influencia en la política santafesina de los años 80.
Según trascendió de fuentes vinculadas con la investigación, Campilongo se habría jactado públicamente de ser el autor del crimen del ex diputado demoprogresista, lo que motivó la reapertura de un expediente que estuvo paralizado desde poco después del hecho.
Armas entre 1973 y 1976 fue senador provincial por el departamento Rosario y durante la dictadura no solo se mantuvo al margen de la colaboración que prestaron otros miembros de su partido al régimen militar -encabezados por Alberto Natale- sino que fue uno de los pocos abogados que respaldó los pedidos de hábeas corpus por detenidos-desaparecidos, recuerda la nota de Aguirre que alertó sobre el extraño caso.
El verano de 1986 Armas fue encontrado junto a su auto Ford Falcon color borravino, boca abajo. Tenía una herida de bala en el pecho, junto a la tetilla derecha, y otra en la sien, ambas de calibre 22. No se observaron signos de golpes.
Corría una de las etapas más oscuras de la historia política santafesina, marcada por la permanencia de notorios represores en la policía provincial y sucesos que demostraban la presencia de grupos de tareas de la represión ilegal, como el asalto a los Tribunales provinciales perpetrado el 8 de octubre de 1984, cuando fueron robados 150 expedientes con información sobre el personal de inteligencia del Segundo Cuerpo de Ejército.