Reconocer los privilegios de género. Y defenderlos. Horas antes de jugar la final de Roland Garros ante el austriaco Dominic Thiem, el tenista Rafael Nadal ofreció una entrevista con Lo Donna, el suplemento de moda y tendencias del Corriere della Sera.
Al ser consultado sobre si “es justo que las mujeres ganen tanto dinero como los hombres" en el tenis, Nadal respondió: "Es una comparación que ni siquiera debería hacerse. Las modelos ganan más que sus colegas, pero nadie dice nada. ¿Y por qué? Porque ellos son los que tienen más seguidores. Incluso en el tenis, gana más aquellos que movilizan más público".
Si la pregunta sobre la “justicia” no resistía un filtro de género, la respuesta de Rafa desconoció por completo un reclamo histórico de las mujeres.
Una de los tantas luchas que moviliza al movimiento de mujeres a escala planetaria es la brecha salarial: la diferencia de remuneración por igual tarea –que va del 30 al 80 por ciento– entre hombre y mujeres, y las desventajas de oportunidades que existen entre "ambes".
La desigualdad de género en el plano salarial tiene su réplica en el deporte. Según la lista publicada por Forbes el último junio, entre las y los atletas con más ingresos figura solamente una mujer: Serena Williams.
Asimismo, el medio especializado señala que el patrocinio del deporte femenino supone apenas un 0,4 por ciento del total.
El deportista que ganó más dinero en 2017 fue el futbolista portugués Cristiano Ronaldo, con 93 millones de dólares. Williams que ganó 27 millones en ese plazo.
Se insiste: no hay más mujeres en la lista de los cien que más facturaron.
En el caso del tenis, en particular en los Grand Slams, se determinó una equiparación en los premios para hombres y mujeres, pero en otros torneos las diferencias se mantienen. Y la brecha se acentúa a medida que se desciende en la clasificación
La rumana Simona Halep, que culminó 2017 como número uno, acumuló en ese año premios por 5.270.000 dólares. Nadal se llevó 12.700.000.
Al tanto de su situación de privilegio, a Nadal le parece lógico que las tenistas ganen menos.