El concepto de “radiocirugía” fue descrito por primera vez por el neurocirujano sueco Lars Leksell en 1951. El procedimiento implicaba la utilización de haces de radiación muy finos, dirigidos desde múltiples puertas de entrada hacia un blanco, definido con gran precisión en zonas del sistema nerviosos central, mediante la utilización de un sistema de localización estereotáxico.
Realmente Leksell introducía el valor de la radiación como un “instrumento” quirúrgico, en el sentido de poder llegar a ejercer su acción, con suma precisión, en zonas seleccionadas del cerebro. Hoy la radiocirugía es de uso muy frecuente. Las instituciones del Grupo Gamma la implementan desde 2006, y Rosario 3 habló con Julián Pastore, neurocirujano del Hospital Privado Rosario.
- ¿Cuáles son las indicaciones para usar la radiocirugía?
- Recurrimos a ella sobre todo para tratar tumores cerebrales, tanto benignos como malignos. En los primeros, cuando por su tamaño o por su localización en zonas delicadas, se hace dificultoso recurrir a la cirugía convencional. En muchas ocasiones la utilizamos para reducir el tamaño del tumor o detener su crecimiento, lo que luego permite continuar el tratamiento por métodos tradicionales. También está indicado su utilización en malformaciones vasculares.
- ¿La radiocirugía se hace dentro de un quirófano?
- No, se la hace dentro de un bunker de radioterapia en un instituto de terapia radiante como Cumbres del Grupo Gamma. Para eso se conforma un equipo, que en nuestro caso lo integramos con los doctores (Facundo) Van Isseldyk y (Telmo) Nicola, que somos neurocirujanos; los radioterapeutas, que en nuestro caso son los doctores Carlos Pizzo y Alejandro Chinellato; un licenciado en física, Andrés Bruna, y la bioingeniera Laura Ojeda.
- ¿Cómo es la intervención?
- Todo comienza cuando recibimos al paciente que nos consulta derivado por otros médicos con su resonancia. Luego de hacer un examen clínico exhaustivo, determinamos el área a irradiar. Con la bioingeniera colocamos el marco estereotáxico sobre el cráneo del paciente y le hacemos una tomografía que nos sirve para concluir los cálculos necesarios del lugar donde irradiar, ya que se fusionan las imágenes de la tomografía y de la resonancia magnética. La tarea de la bioingeniera, además, es realizar los cálculos para determinar los lugares a donde van a impactar los rayos y los arcos correspondientes.
- ¿Por qué es importante esa tarea?
- Esta técnica de arcos la realizamos para que no todos los rayos pasen por el mismo punto y así no se dañen los tejidos. Los arcos hacen que los rayos pasen por distintos lugares, pero impactando en el mismo punto donde está el blanco elegido para irradiar. Por su parte, el radioterapeuta determina la dosis y la tolerancia del tejido a esa dosis.
- ¿Cuánto demora el proceso?
- El paciente entra caminando y luego del tratamiento que dura aproximadamente 4 horas, se retira por sus propios medios. La sesión de radioterapia dura unos 45 minutos, pero nos lleva tiempo realizar los cálculos y colocar el marco estereotáxico. Se trata de un procedimiento ambulatorio.