“Recepción”, contesta detrás de un mostrador un empleado atento. Del otro lado un huésped pide “el book”, el libro-catálogo de chicas lindas dispuestas a tener sexo por dinero. Un rato después una joven muy bonita se acerca al mismo mostrador y de ahí derecho al ascensor. Ya sabe dónde ir.
Este jueves, al filo de la medianoche, unos 100 policias irrumpieron en distintos y muy conocidos hoteles de la ciudad en un megaoperativo en el que se detuvo a diez personas por presunto facilitamiento de la prostitución.
También hubo allanamientos en privados. Un operativo similar ya ocurrió en Rosario en otro conocido apart de avenida Pellegrini hace dos años.
Entonces, como ahora, la prostitución volvió al tapete. Una discusión tan vieja como el oficio, que divide aguas –y bibliotecas– entre quienes abogan por el abolicionismo y quienes quieren dejarlas ser, como cualquier otro trabajador. “Yo quiero tributar como puta”, había dicho Kelly, una prostituta que trabaja en la zona de la terminal de ómnibus, a Rosario3.com.
En 2013 el Concejo eliminó el rubro cabarets y whiskerías de la ordenanza de espectáculos públicos, lo que supuso un cambio en la actividad que se volcó a los “privados”. Y a los hoteles. Algo que ya pasaba pero que después de la ordenanza se intensificó. Fuentes oficiales estimaron que hay 400 privados en la ciudad.
Desde la Cámara Hotelero Gastronómica de Rosario aseguraron que los dueños de los hoteles allanados esta madrugada desconocían esta situación. ¿La desconocían? ¿Los conserjes detenidos actuaban por voluntad propia o acaso ofrecían “el book” como una tarea más, aunque ímplicita?
Que en los hoteles están los "books" es un secreto a voces. También que cuando la que atiende el teléfono es una recepcionista mujer y del otro lado hay un pedido del huésped no demasiado claro sabe que le tiene que pasar con un compañero varón.
En los allanamientos de este jueves a la noche fueron detenidos ocho conserjes. Están acusados de aprovecharse económicamente de la situación, pues se supone que se quedaban con un porcentaje de lo que cobraban las mujeres enviadas por el privado que contactaban. Por eso son ellos los imputados en la causa.
Pero sería una hipocresía pensar que no son parte de un sistema que todo el mundo sabe que funciona así. En los hoteles de Rosario y de cualquier lugar del planeta.