Luego de una semana de intenso trabajo, a cargo de un grupo de especialistas del Centro Atómico Ezeiza de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), se concluyó el primer prototipo de un tomógrafo PET fabricado íntegramente en Argentina. El flamante equipo funcionará en el servicio de Medicina Nuclear del hospital dependiente de la UBA.
El tomógrafo que funcionará en un espacio, especialmente acondicionado, dentro del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital de Clínicas José de San Martín, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires (UBA), permitirá obtener imágenes anatómicas y funcionales del cuerpo humano de forma no invasiva. Y, según el comunicado de la CNEA, propiciará llegar a un diagnóstico mucho más preciso sobre enfermedades oncológicas, cardiológicas y trastornos cerebrales.
La presentación se lleva a cabo mientras se efectivizan drásticos recortes en las áreas de Ciencia y Tecnología, ordenados por el gobierno nacional. De hecho, el presupuesto nacional para 2018 contempló reducción significativa para diversos organismos científicos estatales, particularmente para la CNEA, que sufrió un recorte del 36,4%.
Según explicó el ingeniero Claudio Verrastro, jefe del grupo investigador, en diálogo con el programa A la Vuelta (Radio 2), el desarrollo que se presentó esta semana fue el corolario de once años de trabajo. El aparato costará 50% menos que los importados.
El proyecto fue llevado adelante por el Grupo de Sistemas Digitales y Robótica del Centro Atómico Ezeiza (CAE), en colaboración con el Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y fue financiado por el Banco Nacional de Proyectos de Inversión (BAPIN). En un principio contó con el aporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El equipo cuenta con varias características distintivas. "Funciona de manera inalámbrica y con un consumo de 12 voltios, lo que permite utilizar baterías con menor impacto ambiental. Además, puede operar con dos de sus seis componentes principales, lo que facilita que el equipo sea reparado sin interrupciones en la prestación de sus servicios", precisa la CNEA en el texto vinculado con el tomógrafo de fabricación nacional y publicado en su web oficial.
Ahora solo falta un proceso de revisión final y las licencias necesarias para ponerlo en funcionamiento.