El avance del derretimiento de los glaciares produce una situación que preocupa a los organizadores de las expediciones al monte Everest: cada vez más cadáveres están quedando expuestos en las laderas de la montaña más alta del mundo, con 8.848 metros.
Casi 300 montañistas murieron intentando llegar a la cumbre. Según publica la BBC, se cree que al menos dos tercios de los cuerpos están enterrados en la nieve y el hielo.
Un funcionario del gobierno de Nepal relató: "Yo mismo he bajado de distintos sitios del Everest cerca de 10 cuerpos en años recientes y muchos más están emergiendo".
"También han emergido manos y piernas en el campamento base en los últimos años", señalo el representante de una organización no gubernamental que opera en la región.
"Hemos percibido que el nivel del hielo en el campamento base y en sus alrededores sigue bajando y por ello los cuerpos están apareciendo", agregó.
Varias investigaciones constataron que los glaciares de la región del Everest, al igual que los de gran parte del Himalaya, se están derritiendo velozmente y perdiendo volumen.
Un estudio reveló en 2015 que las lagunas en el glaciar Khumbu, que los montañistas deben cruzar camino a la cumbre, se están extendiendo y uniendo debido al rápido deshielo.
Muchos montañistas expresan su deseo de que, si mueren en el ascenso, sus cuerpos sean dejados en la montaña.
Algunos de los cuerpos en los sectores más elevados del Everest se transformaron en puntos de referencia para los montañistas.
Un ejemplo es un sitio llamado "botas verdes" cerca de la cumbre.
Los restos pertenecen a un escalador que falleció bajo una roca que sobresale. Sus botas verdes, aún en sus pies, miran hacia el camino que lleva a la cumbre.