Una gran polémica se desató en torno al aceite de coco, al que en los últimos años se promocionó como un “súper alimento” por sus supuestos múltiples beneficios para la salud, pero que ahora fue puesto en tela de juicio por una especialista de Harvard, que lo definió como “puro veneno”.
“El aceite de coco es uno de los peores alimentos que se puede ingerir”, disparó en una conferencia Karin Michels, directora del Instituto para la Prevención y Epidemiología de Tumores de la Universidad de Friburgo y profesora de la Universidad de Harvard.
La experta advirtió que la gran cantidad de grasas saturadas que contiene puede incluso llegar a obstruir las arterias, aumentar el riesgo de padecer enfermedades coronarias y elevar el colesterol, según consignó BBC Mundo.
Las ventas de aceite de coco se dispararon en los últimos años, impulsadas por recomendaciones de famosos como Angelina Jolie, quien se toma una cucharada con el desayuno casi todas las mañanas, mientras que la modelo Miranda Kerr dice que no solo lo añade a ensaladas y batidos sino que también lo usa para cocinar y se lo pone en la piel.
Sin embargo los supuestos beneficios para la salud siempre fueron tomados con escepticismo por la comunidad científica, que remarca la alta concentración de grasas saturadas que contiene (86%, frente a 39% de la manteca, por ejemplo).
Los motivos por los que los alimentos ricos en grasas saturadas se consideran no saludables es porque ingerirlos causa un aumento de los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL, por su sigla en inglés), en la sangre, lo que popularmente se conoce como el "colesterol malo", asociado al bloqueo de las arterias y a un mayor riesgo de enfermedades del corazón.
Pero por otro lado, las grasas saturadas también tienden a aumentar el "colesterol bueno", causado por la presencia de la lipoproteína de alta densidad (HDL, por su sigla en inglés), que tiene un efecto contrario: evitan el bloqueo de las arterias porque ayudan a eliminar el colesterol malo, transportándolo al hígado para su excreción.
Técnicamente es posible que un alimento particular pueda aumentar los niveles generales de colesterol y no perjudique al corazón, pero es este choque de efectos que causa el aceite de coco lo que lo vuelve algo indescifrable.