Alcoholismo, adicción a las drogas y un cuadro de “emoción violenta”. En eso se basa la estrategia de la defensa del joven camionero que en la madrugada de este jueves irrumpió contra un piquete en San Lorenzo, con el saldo de un manifestante muerto y varios otros heridos. También, cuestionó a quienes “pudieron detenerlo” antes del hecho y a un tardío test de alcoholemia.

“Es una persona que debería estar internada porque, de manera confesa, tenía problemas serios con el alcohol y con las drogas”, aseguró el abogado Sergio Casas en una entrevista exclusiva con Telenoche (El Tres), donde sostuvo que su cliente “roza la inimputabilidad”.

“El alcohol que le detectaron (1,16 gramos por litro de sangre) es alto y suponemos que fue mucho más alto en el momento del hecho. Hay que ver por qué se hizo tantas horas después”, planteó.

En ese sentido, señaló que, “según su familia”, el responsable del fatal episodio “se internaba –para tratar sus adicciones– pero se escapaba” y que, “lamentablemente, llegó tarde el tratamiento que debía haber realizado”.

“También algún estrato del Estado ha fallado”, apuntó, al sostener que “el examen psicofísico –para ingresar a trabajar en la empresa de transporte– tendría que haber dado algún vestigio de que esta persona era adicta”.

Así quedó el camión tras el hecho. (Alan Monzón/Rosario3.com)

"Una emoción violenta que no pudo manejar"

“Creo que desde ahora habrá muchas pericias médicas”, vaticinó el abogado, pero considera que “debería caber el atenuante de la emoción violenta” con la que su defendido habría actuado al encarar con su camión a un grupo de personas sobre la ruta.

“Él dice no acordarse prácticamente de nada. Actuó en estado de inconciencia y roza la inimputabilidad. Sólo manifiesta que no tuvo intención de llegar hacia el grupo”, añadió Casas en diálogo con el periodista Daniel Amoroso, y descartó que haya existido una premeditación.

El letrado considera que el camionero “también es víctima”, ya que “tanto la empresa como quien le dio el camión para que lo condujera deberían haber advertido que no estaba en condiciones de hacerlo”.

Y también cuestionó que “algunas personas que estaban cerca, algún policía o gendarme, lo podrían haber frenado durante las discusiones previas” con los trabajadores que llevaban a cabo un piquete sobre el Cordón Industrial al norte de Rosario, en el marco de la movilización nacional de las CTA.

El joven transportista, de 24 años, será imputado en las próximas horas por homicidio simple. Se lo acusa de arremeter, en estado de ebriedad, contra un grupo de manifestantes en la intersección de las rutas 10 y 11, en el acceso a San Lorenzo. Ese acto provocó la muerte de un hombre de 38 años y heridas en otras cinco personas.

La víctima fatal fue identificada como Jonathan Gardini, oriundo de Granadero Baigorria. Era un trabajador del sindicato de Vigiladores (Sutravip) que participaba de uno de los cortes. Falleció tras ser aplastado por un camión Fiat 619, que fue incendiado luego de ese episodio.