Por las muertes de David Campos y Emanuel Medina, quienes fueron atacados a balazos en una persecución policial que terminó en Callao entre Arijón y Cazadores el 23 de junio pasado, ya hay dos policías imputados por homicidio. El nuevo sospechado de haber matado a los jóvenes había sido apuntado por dos agentes que estaban bajo arresto domiciliario en el marco de la causa.
De los 18 policías que estaban involucrados, uno sólo estaba imputado por homicidio y los otros por encubrimiento. Ahora, un agente de la Policía de Acción Táctica quedó sospechado por haber hecho un disparo mortal contra Campos. El fiscal Adrián Spelta reunió nueva evidencia contra el uniformado, como el informe ampliatorio de la autopsia, pericia balística, informe preliminar de la construcción integral, las declaraciones de las dos coimputadas que lo sindicaron como autor de un tiro en el rostro de una de las víctimas y testimonios que corroboraron esos dichos.
En la audiencia realizada en la tarde del miércoles, el juez Héctor Nuñez Cartelle hizo lugar al pedido de la nueva imputación para el policía por el delito de homicidio calificado por abuso de función o cargo, en su carácter de miembro integrante de las fuerzas públicas, en concurso real con falsedad ideológica en carácter de autor. El agente ya había sido imputado por encubrimiento doblemente agravado.
Además, las dos uniformadas que estaban bajo arresto domiciliario por la causa y declararon contra el agente de la PAT quedaron en libertad, ya que no se solicitó la prórroga de la prisión. Seguirán con custodia de Gendarmería.
En tanto, también se definió que todos los policías que están detenidos en el marco de la investigación seguirán tras las rejas hasta el 13 de diciembre.