Perros rastreadores participaron el miércoles pasado del rastrillaje del cuerpo de Paula Perassi en una cava ubicada en el norte de Puerto General San Martín. Los animales marcaron tres zonas puntuales que ya empezaron a ser excavadas. El trabajo de búsqueda se extenderá 3 meses.

En diálogo con Rosario3.com, Juan Nóbile, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense, confirmó que el 8 de julio pasado se incorporaron a las tareas que desarrollan desde abril 5 perros que rastrean cadáveres. “Son perros que rescataron cuerpos en la tragedia de calle Salta 2141”, apuntó en referencia a la explosión fatal ocurrida el 6 de agosto de 2013 en la que murieron 22 personas y advirtió que son animales entrenados que forman parte de las brigadas de bomberos voluntarios de San Carlos y Villa Gobernador Gálvez.

“Marcaron tres zonas en la cava”, señaló el antropólogo, quien explicó: “Implica que en esos lugares puede haber algún tipo de resto humano”. El lugar donde se realiza el rastrillaje es un pozo de dimensiones considerables: alcanza unos cien metros por cien metros y tiene una profundidad de unos 12 metros. “El pozo fue cavado entre 2006 y 2007 y en 2008 fue rellenado con basura de empresas”, precisó el profesional.

“Aqui no se hicieron pericias por tres años”, advirtió el antropólogo, quien remarcó que las tareas requieren más tiempo. “No tenemos un plazo de trabajo pero vamos analizando la situación de acuerdo a cómo avanzamos por eso solicitamos tres meses más”, indicó y destacó que el lugar fue señalado por una denuncia judicial pero que no cuentan con precisiones.

Nóbile confirmó que esta semana se incorporará un criminólogo de la Corte Suprema de la Nación a fin de revisar la investigación y delinear estrategias que conduzcan al hallazgo de los restos de la joven mujer. Cabe destacar que se sumará un georradar de parte de Gendarmería Nacional que puede detectar elementos enterrados.

En mayo pasado el juez Juan José Tutau procesó –tal cual solicitó la Fiscalía– a todos los imputados en la causa. En total son ocho, cinco policías y tres civiles entre los que se cuentan al amante de Paula y padre del bebé que llevaba en el vientre, Gabriel Strumia; su esposa, Roxana Michl y una segunda mujer que habría realizado el aborto. Los fiscales Donato Trotta y Román Moscetta abonan la hipótesis de que la mujer fue secuestrada y obligada a interrumpir su embarazo con un método que finalmente la condujo a la muerte.

Luego de conocerse la decisión se produjeron dos hechos violentos contra la familia Perassi. El 20 de mayo, en las primeras horas del día, el padre de la víctima denunció que habían roto los cristales de su taller mecánico, mientras que horas más tarde encontraron una cruz rudimentaria atravesada en las rejas de la puerta del mismo inmueble.