Un joven oriundo de la ciudad australiana de Sidney es el protagonista de una terrible historia. Jugó una apuesta con sus amigos, la perdió y tuvo que comerse una babosa. El animal le transmitió una terrible enfermedad que lo puso en estado de coma y ahora lleva 8 años postrado.
El muchacho de 27 años era deportista y gozaba de muy buena salud cuando se sometió al juego con sus amigos.
El joven enfermó rápidamente debido a que la babosa estaba infectada por Angiostrongylus cantonensis, un parásito que provoca mengoencefalitis eosinifílica, una infección en el cerebro. Sam Ballard estuvo en coma 420 días y cuando se despertó estaba tetrapléjico.
Su madre tenía la esperanza de que poco a poco volviera a caminar y hablar de nuevo, pero con el paso del tiempo la perdió. Tres años después de enfermar fue dado de alta y ahora está en una silla de ruedas motorizada.
Sus amigos han recaudado dinero para que Sam pueda tener la atención que precisa 24 horas al día, siete días a la semana. El joven tiene convulsiones y necesita ser alimentado a través de una sonda.