De la etnia mixe, oriunda del pueblo de Santa María Alotepec, Bertha Martínez ejerce como partera desde los catorce años y atiende, sobre todo, a las más jóvenes de su localidad, según explicó.
Para ser atendidas en un hospital público, las mujeres embarazadas de esta población deben viajar durante cuatro horas para llegar a la ciudad de Oaxaca, capital del estado.
Bertha dijo que su corta edad ha generado la desconfianza de algunas mujeres, pero comentó que son cada vez más las que ponen a sus hijos en sus manos, en particular las más jóvenes de "entre 19 y 32 años".
"La primera vez que ayudé en el parto, con 14 años, recibí a un niño. Como era la primera vez que asistía, al principio sí sentí miedo, pero ya que nació el bebé fue muy hermoso", relató la joven partera.
En México, el número de parteras tradicionales es cada vez menor, aunque hay sitios, especialmente en las zonas indígenas y rurales del país, donde las mujeres aún conservan las técnicas de la medicina naturista, con el apoyo de la herbolaria, tal y como hace Bertha Martínez.
Lo común es que sea la madre o la abuela quien deje en herencia este oficio a sus descendientes e incluso hay quienes "sueñan" que serán parteras y manifiestan conocer las habilidades de esta práctica por medio del sueño, explicó.
En su caso, aprendió el oficio a través de organismos civiles que promueven métodos naturistas, entre ellas la organización Nueve Lunas, que tiene un programa de formación para parteras llamado "Luna Llena".
Desde los 14 años, Bertha es miembro de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México y desde entonces asiste también a congresos internacionales y cursos de capacitación en Morelos y Chiapas, estados contiguos a Oaxaca.
En la también ciudad mexicana de Guadalajara aprendió recientemente técnicas de acupuntura, que utiliza en su pueblo para sanar a la población, con el apoyo de la Asociación para la Preparación de Acupunturistas Indígenas, organismo que ayuda a promover la salud en sus comunidades.
Bertha combina su labor de partera con las clases escolares del tercer nivel de bachillerato, que estudia gracias al apoyo de una beca, y que planea continuar hasta llegar a ser médico profesional, aunque su meta es conocer la medicina naturista y las funciones completas del cuerpo humano.
Hasta ahora, una de sus prioridades ha sido utilizar y promover el uso de plantas medicinales para sanar enfermos.
"A mí me gusta decir que siempre es mejor con plantas medicinales porque no contienen tantos compuestos químicos, son algo natural que conocían nuestros antepasados y es una herencia que tenemos y que debemos aprovechar", señaló.
La casa de Bertha es también su consultorio. Ahí proporciona consejos y tratamiento a quienes llegan tanto por embarazo como por tener algún malestar corporal.
Aunque también realiza visitas a las casas de sus pacientes, pues la mujer embarazada de las poblaciones indígenas prefiere tener un alumbramiento en su hogar y rodeada de los miembros de la familia.
Para Bertha Martínez, ser una adolescente partera no es algo sencillo, menos cuando intenta recuperar los conocimientos de herbolaria que los nativos de estas tierras conocían en detalle, muchos de los cuales se han perdido. EFE