Como sucede en Fray Luis Beltrán con los trabajadores de Fábrica Militar y en Firmat con los de Vasalli, otro pueblo santafesino pasará las fiestas con mucha angustia. Se trata de Díaz, un pueblo santafesino ubicado sobre la ruta provincial Nº65, a unos 75 kilómetros de Rosario, donde este viernes los empleados de la empresa de productos lácteos La Mucca se encontraron con el portón cerrado cuando fueron a desarrollar sus actividades. Desde la firma adelantaron que este martes 26 de diciembre serán repartidos 25 telegramas de despidos. “Es muy duro, son 25 familias que se quedan sin su sustento”, lamentó el presidente comunal Juan José González.
La Mucca es una fábrica de quesos ubicada en la entrada de Díaz, un pueblo de 2 mil habitantes para el que esa planta, que en total tiene 91 empleados, representa gran parte de las fuentes laborales. La propietaria de la firma es la multinacional francesa Lactalis, también dueña del grupo italiano Parmalat.
Este viernes por la madrugada, en una época tan sensible como la previa a la Nochebuena y la Navidad, los trabajadores de La Mucca no pudieron ingresar a la planta. Se encontraron con el portón cerrado. Apenas algunos encargados de mantenimiento fueron autorizados para entrar.
Según el testimonio de los trabajadores, desde la empresa les dijeron que este martes 26 de diciembre “se van a repartir los 25 telegramas de despidos”. Esto aumenta la angustia de las familias, que pasarán el fin de semana de Navidad con incertidumbre sobre sus situaciones laborales.
El presidente comunal de Díaz, Juan José González, hizo declaraciones al diario El Ciudadano de Rosario. “Es la principal empresa que tenemos. Desde la comuna no podemos absorber esa cantidad de trabajadores. Son 25 familias que se quedan sin su sustento”, expresó.
El titular de la comuna contó que la empresa ya había adelantado al gremio su idea de despedir trabajadores el 12 de diciembre pasado. “Es muy difícil seguir así para quienes ponemos la cara con los vecinos. El aumento de tarifas elevó muchísimo los costos de producción. Es muy duro”, describió González.
Luego intentó explicar que “la gente no tiene dinero para comprar quesos. El mercado interno está muy golpeado y los costos de producción son muy altos como para exportar”. Y siguió: “El pronóstico de venta para el primer semestre de 2018 es del 60 por ciento de lo que están produciendo. Por eso necesitan 25 trabajadores menos”.
“La situación no está como lo muestra la televisión, que está todo bien, que se hacen las cosas bien, que los que roban van presos. Si ahora nadie roba la situación debería haber mejorado”, cerró.