Hace poco más de un mes, la firma de indumentaria Nike eligió al jugador de fútbol americano Colin Kaepernick como imagen. Previamente, el deportista había cobrado notoriedad –y no pocas críticas– por arrodillarse durante la interpretación del himno de Estados Unidos en protesta por la brutalidad policial y la opresión a la comunidad afroamericana. Tras esa acción en 2016, no lo volvieron a llamar de ningún equipo.
Aparentemente indignado por la elección del jugador, un sheriff de Union County, Arkansas, decidió hacer propia la protesta: les pidió a los detenidos que posen para la foto de la ficha policial con una camiseta de la citada marca.
El activista Shaun King denunció por tal práctica al sheriff Ricky Roberts en Twitter.
Roberts, al igual que muchos otros estadounidenses de “sangre roja” como Donald Trump, estaba tan indignado de que Kaepernick liderara la citada protesta silenciosa que habría descargado su furia de este modo.
A modo de justificación, el oficial dijo que lo hizo porque los detenidos “no tenían vestimenta adecuada”, según informa The Root.
El pasado 3 de septiembre, día del trabajador en Estados Unidos, Nike lanzó una campaña con la cara del desempleado Kaepernick y un eslogan que afirmaba lo siguiente: “Cree en algo. Incluso si significa sacrificarlo todo”.
Decenas de seguidores de Donald Trump contestaron al anuncio quemando pendas de la firma. Es más, el hashtag #BoycottNike se convirtió en trending topic.
El dato es que las ventas en la tienda online de Nike se incrementaron hasta en un 31 por ciento, el doble con respecto al mismo periodo del año anterior, según señalan portales especializados.