El juez Mello decidió postergar por cinco días hábiles el tratamiento de la acción de inconstitucionalidad que había presentado el Partido Ecológico Nacional (PEN), conocido como Patriotas. Es que surgió un conflicto de último momento: el partido derechista anunció que quiere retirar la demanda porque ésta puede beneficiar a Lula.
De esta forma, se redujo la expectativa sobre la sesión de hoy de la máxima corte frente a la posibilidad de ratificar la prisión o liberar al expresidente Lula, condenado a 12 años y un mes detención, sentencia que cumple desde el sábado.
Se trata de una crucial decisión de la corte para ver si mantiene la jurisprudencia de 2016, a pedido de la Operación Lava Jato, de que los condenados en segunda instancia pueden ir a la cárcel, contra lo que afirma la Constitución, que permite seguir en libertad todas las fases de la Justicia.
Existe otra acción de inconstitucionalidad contra la prisión en segunda instancia -el caso del líder del Partido de los Trabajadores- que fue presentada por la Orden de Abogados de Brasil. La votación que se preveía hoy generó una gran tensión en la primera semana con Lula preso.
En tanto, el juez Sérgio Moro, a cargo de la Operación Lava Jato, prohibió, por considerar "privilegios", visitas políticas al exmandatario en la Superintedencia de la Policía Federal en Curitiba, adonde fueron nueve gobernadores, que repudiaron la prohibición del ingreso. "Esto va en contra de todos los procedimientos", dijo el gobernador de Maranhao, Flavio Dino.
En verdad, una jueza de ejecución penal fue la que negó el pedido, pero cumpliendo la determinación de Moro. El juez Moro, al participar de un evento organizado por el grupo mediático RBS en Porto Alegre, dijo que el habeas corpus del miércoles pasado que mantuvo la jurisprudencia en el caso Lula "mantuvo la seguridad jurídica en Brasil".
"No se puede cambiar la ley por una u otra persona", esgrimió, y destacó el voto de la jueza suprema Rosa Weber, que era considerada indecisa y votó en contra de Lula, pese a que llegó a ese cargo impulsada por la expresidenta Dilma Rousseff, del PT.
El voto de Weber será clave en la votación sobre la detención en segunda instancia. Ella dijo que votaba en contra el miércoles pasado porque se abordaba apenas un caso, pero que iba a votar en volver al texto constitucional si el asunto era general, no apenas de Lula.
En medio de esto, fue marcada para el 17 de abril la sesión de la Corte para acatar la denuncia por corrupción contra el excandidato presidencial Aecio Neves, senador oficialista que fue grabado pidiendo sobornos.
Hoy, también, fueron procesados dos amigos del presidente Michel Temer en la causa por la corrupción para abastecer al partido Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB). En ese marco, el acampe en Curitiba, adonde el PT trasladó su sede central para acompañar a Lula, tuvo hoy un acto político de alto nivel: nueve gobernadores, la mayoría del PT, intentaron hablar con Lula y Moro no los dejó, al considerar que las visitas son "privilegios".
"Ningún privilegio será concedido. No se puede dar privilegios diferentes al resto de los condenados, también en virtud de la organización de la repartición pública que lo aloja", dijo el juez Moro, cabeza de la operación Lava Jato.
La decisión fue en respuesta a un pedido de nueve gobernadores que se trasladaron a Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, donde ahora funciona el comité nacional del Partido de los Trabajadores y existe un acampe con más de 1.000 personas. Moro envió a Lula a cumplir la pena de 12 años y un mes de prisión a una sala sin rejas de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba.
El gobernador de Piauí, nordeste, Wellington Dias, anunció que pedirán a la Corte Suprema que permita a autoridades del país ingresar a la sede de la Policía Federal como parte de las visitas de Lula.
"Venimos a pedir la libertad de Lula, un inocente condenado sin pruebas", sostuvo el gobernador de Bahía, Rui Costa. Con la negativa de Moro, Lula podrá recibir a sus abogados todos los días hábiles y a sus familiares sólo los miércoles.
Desde el acampe organizado por el PT y los movimientos sociales todas las mañanas, a las 9, los manifestantes gritan desde 500 metros de distancia "Bom Dia Lula" (Buen Día Lula). El expresidente le dijo a sus abogados que escucha el saludo de la multitud desde su sala, convertida en la prisión más célebre de la Operación Lava Jato.
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