Romina Candia Flores, de 32 años, murió un mes después de haberse sometido a una liposucción en una clínica del barrio porteño de Belgrano. Su familia denunció al médico que la operó por mala praxis y el profesional fue imputado por homicidio culposo.

La joven –madre de tres hijos– quería "recuperar la figura que tenía antes de sus tres embarazos" y por ello decidió apelar a la intervención, informan medios porteños.  

Durante un año, ahorró casi los 50 mil pesos que le pedían por la cirugía y el último 14 de noviembre fue operada. La intervención que debía durar dos horas se extendió a ocho y Romina sufrió un shock hemorrágico. 

“Nos mintieron. Le vendieron un sueño y una ilusión que tenía. Pero todo fue falso y a mi hermana la mataron”, dijo a Clarín Yésica Candia Florez, hermana de la víctima.

La familia supo después que la Clínica Matienzo, donde Romina fue operada por el cirujano Armando Donati, no estaba habilitado para ese tipo de cirugías. 

Luego de la extensa operación y cuando los familiares notaron que Romina no mejoraba, recibieron como respuesta profesional de que “no debían preocuparse”, que “no había qué alarmarse” y que “quedaría internada hasta el día siguiente”.

En las horas siguientes Candia Flores, siguió descompensada. La mujer permaneció en una habitación común, sin evaluación médica durante toda la noche.

Al día siguiente, la paciente fue trasladada al hospital Güemes donde quedó alojada durante 32 días. Murió el 16 de diciembre de 2017.

Para el fiscal Ignacio Mahiques, titular de la fiscalía 11 de la Ciudad de Buenos Aires, que llevó adelante la investigación, se trata de un caso de mala praxis. 

La hermana de la víctima cuenta que la demora en realizar la denuncia se debió a que los profesionales intentaron convencerlos de que la operación era riesgosa y también porque en el medio existió la feria judicial que atrasó los trámites: “En marzo hicimos la denuncia formal y la causa empezó a avanzar”.

“Queremos que la Clínica Matienzo sea investigada como corresponde y que el médico que se haga cargo de lo que le hizo”, continuó.

El cirujano imputado se comunicó con Clarín y dio su versión de los hechos. "No se trató de una liposucción como dice la familia, sino de una dermolipectomía. La cirugía duró que debía durar. La mujer nunca se recuperó al 100% pero se fue de la clínica sin riesgo de vida", afirmó Donati y le apuntó al sanatorio Güemes. "Algo pasó ahí, pero no sé qué, de todos modos, yo estoy a disposición de la Justicia, que aún no me notificó de nada", dijo.