Diógenes Chapelet murió este lunes. Tenía 75 años y ocho hijos. Vivía en un asentamiento en medio de dos campos, cerca de Marcelino Escalada, un pueblo de 2 mil habitantes del departamento San Justo. Así, cuando el “mosquito” fumigó uno de los terrenos, y él estaba en su patio, el veneno lo empapó. Esto pasó dos veces y el golpe para la salud de Don Diógenes fue fatal. Uno de los campos pertenece al jefe comunal de Marcelino Escalada, José Faletto. Los Chapelet dijeron que fueron blanco de amenazas. Ahora investiga el caso el fiscal Guillermo Persello.
“Esta persona se murió porque fue expuesta de manera aguda y reiterada (a agroquímicos) por vivir en su casa que quedaba al lado de un campo”, dijo el médico y profesor Damián Verzeñassi, en contacto con los periodistas Evelin Machain y Pablo Montenegro del programa Radiópolis (Radio 2). En tal sentido, desechó el argumento de que su avanzada edad precipitó su final.
Debido al lugar en donde viven, los Chapelet –y muchos otros santafesinos– están expuestos continuamente a agrotóxicos de forma directa e indirecta, pero en el caso de Diógenes, un día de noviembre el mosquito fumigador pasó tan cerca suyo que, segúin contó su esposa, terminó empapado de veneno y se le cerró el pecho. Como si esa vez no hubiera sido suficiente, a la semana siguiente volvió a pasarle lo mismo.
Primero comenzó con broncoespamos –reconstruyó Verzeñassi– después le salieron lesiones en la piel y finalmente terminó con una falla multisistémica.
Don Diógenes murió el lunes pasado en la terapia intensiva de un hospital de San Justo.
Según publicó Infobae, antes del triste final, los Chapelet presentaron una denuncia policial y el propio Falleto se hizo presente el 13 de diciembre en la casa de Diógenes junto al técnico fitosanitarista Horacio Pennino. Luego, de acuerdo a lo señalado por el mismo medio, fueron blanco de amenazas.
De acuerdo a lo publicado por el periodista Ricardo Serruya de la revista Crisis, que tomó el caso casi desde el comienzo, “más que un técnico que iba a supervisar, Pennino, que es ingeniero agrónomo y forma parte del Ministerio de Producción de la provincia, se pareció a un representante de los dueños de los campos linderos”.
“Necesitamos una política seria de acompañamiento de los productores”, pidió Verzeñassi para quien es fundamental el reemplazo de ciertos químicos utiliziados en la producción agrícola. Aseguró que es posible y puso como ejemplo a Chabás pero advirtió que es imposible modificar el modelo sin apoyo del Estado.