El moco que segregan las babosas ha servido de inspiración a un grupo de investigadores para desarrollar una nueva sustancia pegajosa pero flexible que sirve para sellar de manera eficaz las heridas resultante de una cirugía, según un estudio que publica Science.
Los tejidos biológicos son superficies húmedas y móviles por eso es muy difícil desarrollar adhesivos adecuados y los existentes pueden ser tóxicos para las células, pegarse poco a los tejidos o no ser aptos para uso en entornos húmedos. Investigadores del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard (EE.UU.) han creado un adhesivo resistente, superfuerte y biocompatible que fija los tejidos "con una fuerza parecida a la propia resistencia del cartílago del cuerpo humano, incluso cuando está mojado", según un comunicado que reproduce 20minutos.
Los polímeros que contiene esta baba se adhieren a las sustancias mediante una serie de mecanismos físicos, incluyendo enlaces covalentes entre átomos, que los hacen particularmente pegajosos, por lo que el nuevo adhesivo se fija con fuerza a la piel, cartílago, corazón, arterias e hígado del cerdo y no resulta tóxico para las células humanas.
Los expertos usaron ese pegamento para sellar un defecto en el corazón de un cerdo cubierto de sangre y se ajustó bien al órgano del animal sin mostrar fugas incluso cuando este se expandía. El producto también se ensayó en experimentos con ratones en los que se simulaban una cirugía de emergencia con pérdida súbita de sangre en el hígado y no causó daños en los tejidos aplicados ni en los circundantes.
El nuevo adhesivo puede tener múltiples aplicaciones en el campo médico, ya sea como un parche que puede cortarse al tamaño necesario y aplicarlo en heridas superficiales, como solución inyectable para lesiones más profundas o para adherir un dispositivo médico a un órgano, indica el estudio.