Ver demasiada televisión aumenta el riesgo de generar coágulos sanguíneos y en consecuencia el desarrollo de trombos, incluso por más que la persona realice actividad física.

"La televisión en sí no es mala, pero solemos comer algo y quedarnos quietos durante periodos prolongados mientras la miramos", señaló la coautora del estudio, Mary Cushman, profesora de Medicina en la Facultad de Medicina Larner de la Universidad de Vermont de Estados Unidos.

Se trata del primer estudio en una población occidental que analiza los coágulos sanguíneos en las venas de las piernas, los brazos, la pelvis y los pulmones conocidos como tromboembolismo venoso o TEV, según consignó Europa Press.

Entre 15.158 participantes de mediana edad (45-64 años), los investigadores encontraron que el riesgo de desarrollar un tromboembolismo venoso por primera vez era 1,7 veces más alto en aquellos que informaron que veían la televisión "con mucha frecuencia" frente a aquellos que miraban televisión "nunca o rara vez".

También hubo un riesgo 1,8 veces más de TEV en los participantes que cumplieron con las pautas recomendadas para la actividad física e informaron de que veían la televisión "con mucha frecuencia", en comparación con aquellos que dijeron haber visto la televisión "nunca o rara vez".

Cuanta más TV miraban, más riesgo de desarrollar coágulos potencialmente mortales en las extremidades como en los pulmones, según el estudio. Por otro lado, aunque la obesidad era más común en las personas que veían más televisión, en el trabajo solo un 25 por ciento del aumento del riesgo se pudo explicar por su presencia.