El Banco Central resolvió adoptar una política monetaria con "ancla" en el control de la base monetaria y la definición de una "zona" de cotización del dólar en la que la autoridad monetaria no intervendrá en el mercado cambiario.
Este cambio fue anunciado este miércoles por Guido Sandieris, quien asumió como presidente del Banco Central (BCRA) tras la renuncia de Luis Caputo.
"Reducir la inflación es el objetivo primario de este Banco Central", aseguró Sandieris, quien dijo que la alta inflación, que podría terminar este año en un 42 % según los cálculos oficiales, es, junto al déficit fiscal, la mayor vulnerabilidad de la economía argentina.
El titular del BCRA admitió que el régimen monetario de metas de inflación "no dio los resultados esperados" y anunció que será reemplazado por otra "guía más potente y clara", con un "ancla nominal simple y contundente, que será un muy estricto control sobre la cantidad de dinero en la economía" (base monetaria).
En este sentido, dijo que el accionar del Banco Central estará orientado a que la base monetaria –que hasta ahora crecía un ritmo del 2 % mensual– "crezca 0 % en términos nominales de acá a junio del año que viene", lo que "implica una importante contracción monetaria", que es necesaria para "reducir las expectativas de inflación".
Esto se combinará con "zonas" de intervención o no en el mercado cambiario: mientras el dólar cotice entre los 34 y los 44 pesos por unidad, el Banco Central no intervendrá.
Si el dólar sube por sobre ese nivel, el BCRA venderá hasta 150 millones de dólares diarios y los pesos obtenidos no serán vueltos a inyectar en el mercado.
Si el peso se aprecia, en cambio, el BCRA saldrá a comprar dólares para engrosar sus reservas internacionales.
"Estas zonas proveen un marco muy claro y transparente de intervención cambiaria para acotar la volatilidad excesiva del tipo de cambio", dijo Sandieris, quien sostuvo que el nuevo esquema monetario "permitirá reducir la inflación y recuperar la estabilidad de precios".