“Un narcotraficante merece la cárcel. Pero yo soy un perejil y quiero un mundo sin drogas para mis hijos”. El que habla es Mario Segovia, conocido como “el rey de la efedrina”, detenido en 2008 en Rosario y hoy imputado en un juicio, que está por llegar a la etapa de la sentencia, por el tráfico de sustancias tóxicas.