Aprender a respirar profundamente es una de las primeras cosas que se enseña en yoga, y algo que está conectado con el budismo y la meditación. Una de las principales razones se encuentra en la relajación que aporta esta técnica, pero científicos de la Universidad de Stanford demostraron que son múltiples los beneficios.
El portal Mejor con Salud detalló las siete consecuencias más importantes que trae el respirar profundamente:
Regula el estrés y la ansiedad: cuando respiramos entrecortado el oxígeno no ingresa correctamente ni el dióxido de carbono se elimina como es debido, afectando al corazón. Al respirar profundo, tanto el corazón como la mente se relajan, el oxígeno fluye a todas las partes del cuerpo, los niveles de adrenalina se normalizan y todos los músculos dejan de estar tensos.
Eliminamos toxinas: el dióxido de carbono es un residuo tóxico natural que proviene de los procesos metabólicos de nuestro cuerpo y que debe ser expulsado de forma regular. Si al menos un par de veces al día nos tomáramos diez minutos para respirar profundo, se eliminaría la totalidad de este desecho.
Estimula el sistema linfático: una de sus funciones es la de liberar a nuestro organismo de los restos de las células muertas y otros desechos. La respiración profunda ayuda a la linfa a que fluya correctamente.
Cuida al corazón: mejora la salud cardiovascular y nos ayuda a quemar células de grasa.
Contribuye a la digestión: aumenta el flujo sanguíneo y estimula a su vez la acción intestinal. Además al relajarnos, la digestión se realiza de forma más tranquila y eficiente.
Menos dolor: cuando sufrimos un golpe, solemos contener inconscientemente la respiración. El consejo es hacer justo lo contrario, ya que al respirar se liberan endorfinas que actúan como analgésicos naturales del cuerpo.
Mejor postura: al llenar los pulmones de aire se estimula la columna vertebral para colocarla en una postura más armónica, equilibrada y correcta.