Los allanamientos a las propiedades de Cristina Kirchner se extendieron por 13 horas, tanto en Recoleta como en Río Gallegos. Efectivos policiales revisaron los domicilios de la ex presidenta, tanto paredes como techos y pisos pero no se secuestraron documentos. Hoy se inspeccionará la casa en El Calafate.

El diario La Nación publica hoy que por orden del juez Claudio Bonadio, se concretaron los allanamientos en dos de las propiedades de la ex presidenta en la casa de Río Gallegos y el departamento de Buenos Aires, que se extendieron por 13 horas. La policía no secuestró nada, pero se revisaron paredes, techos y pisos con el objetivo de buscar elementos de prueba y "corroborar" las declaraciones reunidas en la causa.

En el departamento de Uruguay y Juncal, en Recoleta, los investigadores hicieron una valuación de cuadros y "artesanías". No dieron con dinero ni otros objetos de valor.

Ninguno de los inmuebles estaba ocupado. En los dos allanamientos se usaron escáneres y boroscopios, que son accesorios para ver a través de pequeños huecos.

"Los operativos fueron muy largos porque había que mover muebles y revisar todo con mucho cuidado", dijo un funcionario al tanto de lo que pasaba en los allanamientos.

En el operativo de Buenos Aires, el abogado de Cristina Kirchner, Carlos Beraldi, se quejó de que no lo dejaron presenciarlo. Fuentes judiciales admitieron a La Nación que le pidieron que esperara en el palier. "Abrí las puertas, ha sido el encargo que me ha dado mi clienta, y puse a disposición todos los elementos del domicilio para que sean revisados", dijo. "Indudablemente, aquí no se quiere hacer ninguna inspección. Aquí lo que se quiere hacer es una farsa, el juez muestra una vez más la ilegalidad de su comportamiento", afirmó.

Lo habitual es que se permita al defensor presente observar el operativo. De acuerdo con el Código Procesal Penal, "los defensores de las partes tendrán derecho a asistir a los registros domiciliarios, reconocimientos, reconstrucciones, pericias e inspecciones, siempre que por su naturaleza y características se deban considerar definitivos e irreproducibles".

Los operativos comenzaron al mediodía en la esquina de Juncal y Uruguay, en Recoleta, donde se encuentra el departamento porteño de la senadora. El clima general que rodeó el allanamiento fue de calma, solo alterado por algún automovilista que, al pasar, gritó alguna consigna a favor o en contra de la ex mandataria.

En las paredes del comercio que se encuentra debajo del domicilio de la ex presidenta se veían los carteles que el miércoles pegaron los militantes que se acercaron a apoyarla. "El flan casero da arcada", "Fuerza Cristina" y "Con Cristina no se jode", rezan.

"Vine para apoyar a Cristina. Ayer, en el Senado , estuvo brillante y yo le creo", dijo Miguel Brizuela, uno de los militantes que se acercaron a la esquina de Juncal y Uruguay. Pero las presencias fueron escasas y la jornada transcurrió sin sobresaltos. Todo el operativo terminó después de las 22.

Dos horas después arrancó el procedimiento en el domicilio de la ex mandataria en Río Gallegos, que terminó pasadas las 18.

En el sur

En este caso se inspeccionó la casa de Cristina Kirchner, de dos plantas, ubicada a dos cuadras de la costanera local, en el Barrio Jardín.

El operativo incluyó una decena de efectivos de la Policía Federal con asiento en Río Gallegos y canes del K-9, una división de la AFIP que entrena perros para detectar droga y divisas.

Si bien no había ningún miembro de la familia Kirchner en el domicilio de Mascarello 441, cuando llegaron las autoridades los encargados de abrir la puerta fueron el diputado provincial Matías Bezi, de La Cámpora y cercano a Máximo Kirchner , y el abogado del fuero local Daniel Cabezas.

La fuerte custodia periodística se contrapuso con la escasa presencia de vecinos de Río Gallegos, quienes pasaban al frente de la vivienda sin detenerse. Sin embargo, ese tráfico constante, en un barrio tranquilo, generó un accidente de tránsito sin graves daños en la esquina de la casa de Cristina Kirchner.

Durante el allanamiento, una camioneta de la Policía Federal y otra de la policía provincial cortaron la cuadra frente a la vivienda. Quienes llegaron portaban impresoras y cajas y dos testigos que pertenecen al grupo de protesta Jubilados Unidos en Acción. La presencia de los dos jubilados trajo aparejado que para el final de la tarde llegaran otros integrantes de la agrupación, quienes esperaban la salida de sus compañeros en la puerta de la vivienda, combatiendo la tarde helada, con estrofas que repetían "se va a acabar, se va a acabar la dictadura de robar".

Entre tanto, la inspección en la vivienda de El Calafate se realizará hoy, según informaron fuentes judiciales.