Cada año mueren 2,8 millones de personas como consecuencia de sobrepeso u obesidad, lo que implica una “epidemia global”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para combatir esta condición, se recomienda limitar la ingesta de grasas y azúcares, consumir más frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos y mantener una cierta actividad física. Pero además, un nuevo estudio japonés plantea que el hecho de masticar chicle mientras caminamos podría favorecer la pérdida de peso, sobre todo en los varones.
En un ensayo publicado en la revista Journal of Phsysical Therapy Science, y reproducido por Muy Interesante, estos expertos en Ciencias del Deporte aseguran que los individuos de más de 40 años que consumen goma de mascar cuando caminan cubren más distancia, se desplazan más rápidamente y consumen más energía que aquellos que no lo hacen.
A esta conclusión llegaron luego de estudiar las constantes de 46 voluntarios, de entre 21 y 69 años, a quienes pidieron que caminaran al ritmo que solían seguir habitualmente durante 15 minutos. A unos se les indicó que, además, masticaran un chicle –el aporte energético del mismo se calculó en unas 3 kilocalorías–. Otros, sin embargo, ingirieron un compuesto que contenía los mismos ingredientes –excepto la base de goma–.
Así, observaron que el ritmo cardíaco era significativamente más alto en todos los participantes que habían masticado chicle durante la prueba. No obstante, en los hombres mayores de 40, el gasto energético era también mayor. Estos, además, daban más pasos y llegaban más lejos que las personas que no lo habían hecho. Por eso consideraron que es una buena forma de bajar de peso.
Aunque no han tratado de dilucidar cuál es el vínculo que podría explicar este fenómeno, sospechan que podría estar relacionado con una especie de sincronización cardiolocomotora, en la que el ritmo cardíaco se acompasa a un movimiento efectuado de forma repetitiva.