Veinte años no es nada. Y es todo. Los Tiburones del Paraná cumplieron dos décadas de vida de un proyecto de inclusión e integración social que es orgullo de la región y que es un ejemplo para todos . Y lo van a festejar a lo grande, que es lo que son.
El proyecto conducido por el gran Patricio Huerga arrancó el 15 de marzo de 1998 cuando, por primera vez en la Argentina, siete personas con discapacidad lograron nadar en aguas abiertas un kilómetro.
A partir de ahí, contó este viernes el propio Huerga en diálogo con el programa Radiópolis, de Radio 2, fueron bautizados “Los Tiburones del Paraná”, recogiendo la historia del mítico nadador de aguas abiertas santafecino don Pedro Antonio Candiotti, “El Tiburón de El Quillá” que, todavía hoy, 79 años después, ostenta el récord mundial de permanencia en aguas abiertas tras haber nadado 100 horas sin parar, uniendo San Javier con Santa Fe.
Hoy los Tiburones son cientos y cientos y cientos de personas con y sin discapacidad y sus familias que trabajan juntas, interactúan, conviven, aprenden y se divierten, en un gran proyecto que los cobija y los invita a apreciar el valor de la diversidad, sostenidos por una labor perseverante, consistente y amplia, sustentada por una gestión asociada de avanzada que ha podido hacer confluir a Familias, Estado, Empresas Privadas y Sociedad en general, en metas compartidas.
Huerga cree que “una comunidad que reconoce la problemática de la discapacidad como propia, como algo que está ahí, que no hay que tratar de ocultar, puede dar respuestas creativas, innovadoras. Porque no existen los discapacitados, sino las personas con discapacidad. Primero son personas y eso es lo más importante. Incluir las diferencias sin convertirlas en desigualdades, esa fue la idea en todos estos años. Así se fue forjando una estrategia de intervención, en cuanto a políticas públicas se refiere, que dieron lugar a empezar a ver a la persona con discapacidad no como objeto pasivo, tutelado, sino como sujeto de derechos, permitiéndole adquirir un compromiso con la vida, con su vida, con la familia y con la sociedad”.
La idea, remarca Patricio, siempre es que “las personas con sin discapacidad estén juntas. Entonces comparten todo: pileta, vestuario, mateada, cumpleaños. Por eso es un proyecto de inclusión social tan importante”.
A la hora de explicar qué tiene que hacer alguien que quiere integrarse o llevar a su hijo o hija con los Tiburoes, es claro: “Agarrá un bolso, pone la malla y la toalla, y se vienen a Arroyo Seco después de las 17. Los esperamos en el complejo Los Tiburones”.
En cuanto a los festejos por los 20 años, arrancaron con una maratón con los Tiburones del Atuel, un proyecto que es hijo del de Arroyo Seco. A mediados de año se presentará un documental y un libro sobre los Tiburones. Y en febrero harán su vigésima experiencia a nado abierto. Un objetivo es también unir a nado Santa Fe y Arroyo Seco, en homenaje a Pedro Candioti, el "Tiburón del Quillá".