En un acto que presidió el gobernador Miguel Lifschitz, este miércoles asumió Marcelo Villanúa como nuevo jefe de la policía santafesina. Fue la oportunidad para el mandatario santafesino de desmarcarse del gobierno nacional que tras el caso Chocobar apuntó a “un cambio de doctrina” sobre el uso de la fuerza en la persecución policial. Dijo que los uniformados santafesinos “respetan los derechos humanos de todos los ciudadanos” y que los casos de violencia institucional son “excepcionales”. Este martes la policía baleó a un presunto ladrón que habría asaltado un supermercado chino del centro.
“Nuestra fuerza policial actúa permanentemente en el marco de la ley, del Estado de derecho, respetando y haciendo respetar los derechos humanos de todos los ciudadanos y eso no les ha quitado firmeza, ni vocación de servicio”, manifestó Lifshitz este miércoles en el acto de asunción de Villanúa. La declaración pareció un posicionamiento frente a la postura del gobierno nacional que en los últimos días respaldó el accionar de Luis Chocobar el policía bonaerense que mató, aparentemente por la espalda, a un ladrón que había acuchillado a un turista para robarle.
El presidente Mauricio Macri lo recibió en Casa Rosada y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich habló de “ratificar una mirada que tiene nuestro Gobierno de que las fuerzas de seguridad no son las principales culpables a partir de un enfrentamiento”.
En ese contexto Lifschitz se refirió al accionar de la policía santafesina y aseguró que los casos de violencia institucional –Chocobar está procesado por uso excesivo de la fuerza– son “excepcionales”.