La sarna no es del Medievo, es una enfermedad parasitaria que "nunca ha dejado de estar" y, aunque se asocia a hacinamiento, pobreza o falta de higiene, puede afectar a personas de todas las edades, desde el bebé hasta el abuelo, y de cualquier condición socioeconómica.

Según 20minutos, la sarna o escabiosis es una enfermedad parasitaria de la piel producida por un ácaro de la familia Sarcoptidae que penetra en la piel labrando un surco, donde tiene lugar la cópula, tras la cual el macho muere. La hembra inicia entonces la puesta de huevos con una frecuencia de dos a tres diarios durante el curso de su vida (cuatro a cinco semanas).

El periodo de incubación antes del inicio de síntomas en personas sin exposición previa es de 2 a 6 semanas. En aquellas que han sido previamente infestadas, los síntomas suelen aparecer en 1-4 días. Aunque dice el refrán que "sarna con gusto no pica", lo cierto es que "pica muchísimo", de tal forma que la principal manifestación clínica de esta enfermedad es el prurito intenso, sobre todo durante la noche.

Además, suele aparecer una erupción cutánea, localizada o generalizada. A menudo se aprecian surcos y en ocasiones acaban en un punto gris (vesícula perlada), que se localizan principalmente en las zonas flexoras de codos, axilas, manos, entre los dedos, muñeca, ingles, dorso de los pies, genitales y nalgas, pero, en cualquier caso, no son vistosas. En la literatura clásica se hablaba de aplicar tinta china en las lesiones para hacerlas evidentes, pero también se puede utilizar un marcador fluorescente, que funciona de forma parecida, señala el doctor David Palacios, coordinador del grupo de trabajo de dermatología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

A nivel mundial, se estima que la sarna afecta a 300 millones de personas al año. El parásito necesita del cuerpo humano para vivir. "Somos parte de su ciclo vital", señala el doctor Palacios. El contagio se produce "piel con piel" y con un contacto muy estrecho. Es por ello, que aunque no se transmita por vía sexual está considerada a veces como enfermedad de transmisión sexual.

Fuera de la piel humana, el ácaro puede sobrevivir entre 24 a 36 horas, por lo que puede contagiarse indirectamente a través de las prendas de vestir, ropa de cama o toallas. Por ello, la medida higiénica general es lavar toda la ropa que haya estado en contacto con la persona afectada a más de 60 grados de temperatura o bien aislarla en bolsas entre 6 y 7 días.

El tratamiento normalmente es tópico, una crema (permetrina al 5%) que se aplica durante la noche, se lava al día siguiente, y se vuelve a repetir a la semana por prevención. El período de transmisión dura mientras que no se destruya el ácaro y sus huevos.

"El bicho se muere en el 99% de los casos al día siguiente de iniciar el tratamiento", señala Marta García Bustinduy, dermatóloga del Hospital Universitario de Canarias, quien insiste en la importancia de que se traten todos los miembros de la familia a la vez, tengan síntomas o no.