“Profesora, su cuenta ha sido hackeada. Apruebe a todos o verá su cuenta borrada”. El mensaje, firmado por un alumno que se amparó en el anonimato, pudo leerse en la pantalla de Nora, una docente de Física y Química que creó un sitio web para dictar el programa de formación Laboratorio Pedagógico, dependiente del Ministerio de Educación provincial, en la Escuela nº 347 Ángel Guido.
El caso, tal como publica unr.edu.ar, fue uno de los disparadores que motivó el desarrollo de una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que busca conocer en detalle los niveles de agresión en entornos virtuales entre estudiantes de escuelas estatales y privadas de Santa Fe. ¿Cómo es educar para una cultura de la convivencia en las redes sociales?
“Alfabetizar sobre nuevas tecnologías no es sólo aportar las herramientas necesarias para su correcta utilización, sino también enseñar a convivir en las redes sociales, formando ciudadanos responsables”, sostiene la psicóloga Valentina Maltaneres, directora del proyecto y coordinadora de Tramas Digitales (anteriormente Laboratorio Pedagógico), programa de la cartera educativa provincial que capacita a docentes de todos los niveles del sistema educativo para la inclusión de nuevas tecnologías en el aula.
La incorporación de estas herramientas en los ámbitos escolares revolucionó la forma de entender la enseñanza y el aprendizaje. Los educadores tuvieron que hacer frente a un nuevo paradigma, donde la omnipresencia de lo digital les genera más de un dolor de cabeza con sus alumnos: amenazas, maltrato, difusión y/o manipulación de fotos y videos ofensivos son algunos de los episodios que se reiteran con frecuencia.
Para la docente, las potencialidades de Internet convergen en una contradicción. “Allí, lo bueno es doblemente bueno y lo malo, doblemente malo”, afirma y amplía el concepto: “Lo que pasa en el aula puede pasar en Facebook, WhatsApp, Instagram, Twitter. Cualquiera con un teléfono puede compartir fotos y videos en redes sociales”. En esa línea, se pregunta: “¿Un alumno puede sacar fotos o filmar a su profesor y compartirlo en las redes? ¿Debería pedir permiso para hacerlo?”.
En vista de que las nuevas tecnologías traen aparejadas nuevas problemáticas, la investigación se dividió en tres etapas. En 2016 se llevó a cabo la primera, cuyo objetivo consistió en indagar la perspectiva de 687 docentes de escuelas de la provincia, distribuidas en cinco nodos: Rosario, Rafaela, Reconquista, Santa Fe y Venado Tuerto. Los resultados indicaron que una cuarta parte de los profesores manifestó conocer episodios de violencia que ocurren en escenarios virtuales entre sus alumnos.
Este año, en tanto, tuvo lugar la segunda etapa, en la que se realizaron encuestas digitales a 4384 estudiantes de escuelas estatales (78,1 %) y privadas (21,9 %), con un promedio de edad de 14 años, en una muestra compuesta por un 51,2 % de mujeres y el restante 48,8% de varones, de nivel primario (50,2 %) y secundario (49,8 %).
Los resultados dieron cuenta que la red social más utilizada por los alumnos es WhatsApp (83,7 %), seguida por Facebook (73,8 %) e Instagram (56 %).
Por otra parte, el estudio determinó que los estudiantes de escuelas estatales realizan o viven con mayor frecuencia situaciones tales como recibir/enviar mensajes ofensivos o amenazas, utilizar un perfil falso para agredir u opinar despectivamente sobre alguien, contar en las redes secretos de otra persona para molestarla, meterse en cuentas ajenas, organizar o invitar a otros amigos por internet a una pelea fuera de la escuela y otros episodios violentos.
Sin embargo, la especialista en entornos virtuales de aprendizaje advierte que este tipo de eventos no forman parte de un “problema generalizado”, dado que sólo 1 de cada 10 estudiantes encuestados reconoció haber vivido “muchas o varias veces” las situaciones descriptas. Según Maltaneres, a pesar de que se trata de un tema que acapara la atención de los medios de comunicación con regularidad, los episodios de violencia en las redes sociales todavía “no alcanzó niveles preocupantes”.
Ahora bien, ¿qué actitud adoptan los chicos? El 28,2 % considera que deberían aplicarse sanciones contra quienes utilizan las redes de este modo; el 25,9 % sostienen que deberían controlarse y hasta prohibirse las redes sociales en la escuela, y el 22,5 % entienden que estas acciones “son muy comunes”. No obstante, hay quienes no naturalizan estas prácticas y afirman que no suceden a menudo (11,5 %) y que son una forma de expresarse en entornos digitales (7,9 %), mientras que sólo el 4% piensa que “es algo divertido para pasar el rato”, por lo que no las consideran “graves”.
La próxima y última etapa centrará su atención en la realización de grupos focales con los alumnos. Se trata de una técnica cualitativa que estudiará las opiniones de los chicos en una conversación abierta para determinar el grado de conciencia que existe entre ellos.
El equipo que lleva adelante esta investigación titulada “Significados de la violencia en la red entre estudiantes de escuelas santafesinas” se encuentra conformado por Valentina Maltaneres, Julia Osella, Emma Wolk, Celina Savino, Federico Sartori, Guillermo Decoppet, Evangelina Maltaneres, y Silvia Aiassa.