Ayer, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el proyecto de “ley Justina”, por el que todas las personas son donantes de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria. La ley fue sancionada por 202 votos a favor, sin abstenciones. El proyecto, del senador Juan Carlos Marino, había sido aprobado en el Senado por unanimidad el 30 de mayo.
La ley adoptó el nombre de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció el año pasado, el 22 de noviembre, por no recibir un trasplante de corazón a tiempo. En Radiópolis (Radio 2), Martín Cuestas, director Cudaio de Santa Fe, celebró la iniciativa: “Amplía las posibilidades de salvar vidas, hay más alegría y esperanza”, dijo.
“Reafirma la ley anterior, se sigue manteniendo las posibilidad de manifestar la voluntad de ser donante en vida. Antes se nos presumía donantes pero si no se manifestaba alguien, existía la última voluntad con la familia que tenía que decir qué hacer sobre la donación”, advirtió.
“A nadie le gusta hablar de la muerte ni de la propia muerte pero esta ley viene a ayudarnos a cambiar esto, nos obliga a informarnos para tomar una decisión y acceder a este derecho, eximiendo a la familia de tener que tomar esa decisión”, continuó. Finalmente, remarcó: “Tenemos tres veces más la necesidad de un órgano que la posibilidad de donarlo”.
El artículo 33 del proyecto establece que “podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos a toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos".
La norma modifica la actual ley 24.193 de trasplantes, de manera que quede explícitamente establecido la voluntad de no ser donante. En caso contrario toda persona mayor de 18 años será considerado como donante de órganos.