El estudio realizado reveló que los adolescentes con relaciones inseguras tienden a ser más “alarmistas” con sus síntomas dolorosos, y tienden a amplificar el grado de amenaza o de gravedad de su dolor. Esta amplificación conduce, a su vez, a un aumento del dolor y a síntomas depresivos más severos.
Los investigadores creen que es posible que los individuos que tienen relaciones inseguras perciban el mundo como más amenazante o estresante, y que esta percepción podría manifestarse en síntomas físicos.
En el estudio fueron analizados 382 estudiantes de un instituto francófono de Montreal, a los que se les pidió que rellenaran cuestionarios sobre la frecuencia y la intensidad de su sufrimiento emocional y físico.
Fuente: Tendencias 21