La situación crítica de la fábrica de cosechadoras Vassalli, de Firmat, sumó un nuevo capítulo. La nieta del fundador, Mariana Rossi Vassalli, pidió en la oficina de mediación judicial de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe que se convoque a los accionistas de la firma para el próximo miércoles. Solicita que le devuelvan las acciones que cedió en 2016 de forma gratuita para luego traspasarlas a empresarios interesados. Los trabajadores llevan varios meses sin cobrar y mantienen tomada la planta para evitar su vaciamiento.
Entrevistado por los periodistas Roberto Caferra y Evelin Machain (Radiópolis, Radio 2), Miguel Carrara, el abogado de Mariana Vassalli, relató: “Fue dueña, encontró una situación extrema de falta de ventas y problemas de contratos con Venezuela. En ese trance, buscó un grupo de cuatro concesionarios que tenían una larga relación con la empresa, y les cedió sus acciones para que la fábrica no cerrara y no se perdieran las fuentes de trabajo. Esa transferencia fue de cero pesos”.
“A dos años de ese hecho, la planta se encuentra parada los 400 obreros sin cobrar, los proveedores sin pagar. Mariana está tratando de hacer lo que está a su alcance para restablecer la situación. Reclama las acciones ante el fracaso de esta gestión”, subrayó el letrado.
Según explicó, el objeto de la mediación es la revocación de transferencia accionaria y la vigencia de la cláusula 1ª del contrato de sindicalización de acciones de Vassalli Fabril S.A., que requiere de la unanimidad de accionistas más la de su clienta para modificar la situación accionaria o vender acciones. "Puede reclamar la titularidad de las acciones para continuar conversaciones con algunos grupos en condiciones de manejar la fábrica”, agregó.
Carrara se refirió también al rechazo de los obreros de Vassalli a una oferta hecha por los empresarios, quienes ofrecieron pagar una parte de los salarios adeudados a cambio de que entreguen el libro de actas. Ante la sospecha de que pudieran traspasar acciones a terceros, su clienta “pidió un plan B”.
“Es ambivalente la situación económica actual. Este dólar favorece a los productores agrícolas, que son los clientes que compran máquinas cosechadoras. No necesariamente perjudica a la fábrica”, concluyó.