El presidente de la Nación Mauricio Macri pasa un fin de semana largo de descanso junto a su familia en Tandil, la ciudad bonaerense que lo vio nacer. De recorrida por sus calles, el jefe de Estado recibió todo tipo de expresiones: desde saludos y mensajes de aliento hasta reproches e insultos. El peor momento lo pasó cuando salió de la iglesia local y fue abordado por un grupo de personas que le mostraron carteles.

El jefe de Estado había arribado el jueves a bordo del avión presidencial Tango 10 junto a su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia.

Según publicó la agencia oficial Télam, este sábado se reunió con el intendente tandileño, Miguel Lunghi, paseó por las calles céntricas rodeadas de sierras y realizó algunas compras.

Acompañado por una escolta de seguridad. Según el diario local El Eco, el presidente visitó la casa de su familia materna y luego pasó por un local de venta de embutidos y quesos.

"Hace mucho bien venir acá al lugar de mis raíces, contactarme con momentos de mi infancia", destacó el mandatario al diario durante su recorrida junto a la pequeña Antonia, de cinco años.

Distendido, en diálogo con Eco, el Presidente contó que había comprado "un par de kilos de queso, que le mostró la casa de su abuela a su hija Antonia y que le recordó el consejo familiar de "hacer la siesta siempre, antes de ir a jugar".

Más tarde, hacia el mediodía, visitó la iglesia del Santísimo Sacramento, donde lo recibió el sacerdote Raúl Troncoso y donde también se produjo el encuentro con el intendente Lunghi, que se acercó para saludarlo.

Al salir de la iglesia, con Macri ya dentro de su camioneta, se le acercaron entre 5 y 10 personas que llevaban carteles en reclamo de la libertad de la jefa de la organización social Tupac Amaru, Milagro Sala, y también de que el Gobierno convoque a la paritaria nacional docente.

A presidente también le reclamaron que se encuentre “otra vez” de vacaciones. El vehículo se alejó entre los insultos que se seguían escuchando y el altercado no pasó a mayores.

El video del momento, que fue publicado también por el medio tandilense Eco, muestra que una de las pancartas decía "Macri pará la mano".

La familia presidencial se hospeda en la estancia La Carlota, perteneciente a su madre Alicia Blanco Villegas, que es el lugar donde se casó con Juliana Awada, en 2010.