El equipo de científicos, dirigidos por el Profesor Stefan Anker, de la sección de clínica médica especializada en cardiología, ha llevado a cabo el mayor y más completo estudio en torno a los efectos del hierro en las personas que padecen insuficiencia cardíaca.
"La falta de hierro desempeña un papel fundamental en multitud de enfermedades crónicas", como por ejemplo tumores, afecciones renales o pulmonares, causando en la mayoría de los casos una anemia, explicó hoy Anker al presentar el estudio.
En estos casos, el paciente suele producir una cantidad insuficiente de glóbulos rojos o hemoglobina, que traen consigo fatiga, disnea, dolores de cabeza, desvanecimientos e insomnio.
"Nuestro grupo de investigación ha advertido de que la dosis de hierro intravenoso que se administró a estos pacientes no sólo ayudó considerablemente a las personas enfermas de corazón que también padecían anemia, sino también a aquellas que ´sólo´ tenían falta de hierro pero no anemia", apuntó.
En este estudio han participado un total de 75 clínicas de once países y 459 pacientes que mostraban claros síntomas de disminución de la capacidad de bombeo de su corazón.
A dos tercios de ellos se les trató con principio activo de Ferric Carboximaltose y al otro tercio con un placebo.
Tras cuatro semanas de tratamiento, los resultados eran significativos y, después de 24 semanas, la mitad de los pacientes que se habían sometido a la ferroterapia se sentían claramente mejor y con mayor capacidad de rendimiento, mientras que en el grupo de placebo sólo 27 de ellos.
Asimismo, a los que se les inyectó el hierro mostraron una mayor capacidad respiratoria, y el recorrido que hacían al caminar durante seis minutos aumentó en cerca de 35 metros respecto a lo andado por los que habían tomado el placebo.
"No habíamos contado con una mejoría tan rápida", confesó Anker, para quien el próximo objetivo es probar los efectos de la ferroterapia en pacientes que sufren de insuficiencia cardíaca pero sin reducción de la capacidad de bombeo.
Los resultados de este estudio saldrán publicados en el último número de la revista médica especializada New England Journal of Medicine.
Fuente: EFE