Los vinos y cervezas light o de menor graduación alcohólica podría ser perjudicial para la salud, ya que suele incrementar la cantidad total de alcohol consumido, según un reciente estudio británico.
“Los productos de baja graduación alcohólica tienen sentido si la gente los consume en la misma cantidad que solía consumir productos alcohólicos tradicionales”, planteó la Dra. Milica Vasiljevic de la Universidad de Cambridge. “¿Pero qué pasa si los productos de baja graduación permiten a la gente sentir que pueden consumir más?”, cuestionó.
A partir de ello, su universidad, en colaboración con el Centro de Investigación de Conductas Adictivas de la London South Bank University, analizó a 264 bebedores semanales de vino y cerveza, muestreados de un panel representativo de la población general de Inglaterra. Todos fueron repartidos en tres grupos de estudio para probar diferentes bebidas en un laboratorio que simulaba el ambiente de un bar.
Las bebidas variaban sólo en la etiqueta mostrada, las cuales decían contener distinto tipo de graduación alcohólica. Los resultados mostraron que la cantidad total de bebida consumida aumentó a medida que la etiqueta de la bebida indicaba una menor graduación alcohólica. El consumo medio de las bebidas etiquetadas como "Super Low" fue de 214 ml, frente a los 177 ml de las bebidas normales, según consignó Quo.
Las diferencias individuales en los patrones de consumo de alcohol y los indicadores sociodemográficos no afectaron estos resultados.
“Etiquetar el alcohol de menor graduación puede parecer una buena idea si anima a la gente a cambiar de bebida, pero nuestro estudio sugiere que paradójicamente puede animar a la gente a beber más”, indicó la profesora Theresa Marteau, autora principal y directora de la Unidad de Investigación de Conducta y Salud.