Sabido es que el ejercicio trae no sólo beneficios físicos, sino también mentales. Y por más que se hayan publicado innumerables documentos que nombran supuestas actividades que frenan el deterioro cognitivo (se habla del tai chi y del atletismo), hasta ahora no hay nada que las certifique científicamente.
Lo que sí aseveran investigadores de diversas disciplinas es que el foco no hay que ponerlo tanto en el tipo de ejercicio que se practica sino en la duración. La clave para mejorar el rendimiento intelectual y ralentizar el deterioro de las facultades mentales está en la duración de la actividad física que se realiza.
Los datos de un cálculo recientemente publicado señalan que los efectos positivos precisan un compromiso a largo plazo: los beneficios se notan mientras se hayan dedicado 52 horas en los últimos seis meses, lo que equivale a poco más de dos horas a la semana, según consignó Quo.
Así que ya no hay excusas respecto a que tal o cual actividad física no te resulta atractiva: elegí una y mantenete constante.