Con un operativo de seguridad y de tránsito inédito para la justicia Federal se inició este jueves el juicio a una organización dedicada a la elaboración, fraccionamiento, distribución y venta de estupefacientes en Rosario. Por primera vez se llevó al banquillo de los acusados a integrantes de la banda llamada Los Monos por el delito de narcotráfico. Quedó expuesta la demora que genera el sistema acusatorio federal ante este tipo de investigaciones de relevancia histórica y algunas falencias del Poder Judicial.

Vecinos, madres y padres de alumnos que asisten a los establecimientos educativos de la zona centro de Rosario miraban con asombro por la mañana el intenso despliegue en inmediaciones de Oroño al 900. Vallados blancos con la inscripción “GUM” en fibrón azul en ambas manos por Alvear entre Rioja y San Luis, y otros ubicados en la mano par del bulevar. Agentes de la Guardia Urbana Municipal y efectivos de la policía de Santa Fe merodeaban cerca de los dos accesos que tiene el edificio judicial. Sumado a estos, más de 100 uniformados de Gendarmería, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Policía Federal y Prefectura Naval marcaban “perímetros” o cordones en las puertas de los ingresos y en el interior del predio.

Pasadas las 9, horario establecido para el comienzo de la primera audiencia, los cronistas de distintos medios de comunicación aguardaban en la vereda para entrar su lugar de trabajo. Con el correr de los minutos, los 17 procesados se presentaron en la puerta de Oroño, mostraron sus identificaciones, pasaron por los escáneres instalados para la ocasión -algo inédito en ese predio, pero normal en el Centro de Justicia Penal y en el Tribunal provincial- y fueron llevados a una sala de la planta baja. Llamó la atención el monitor de una computadora vieja que se usó para ver los elementos que llevaban las personas que debían pasar.

Cerca de las 9.45, periodistas, fotógrafos y camarógrafos ya estaban en el interior de una carpa montada específicamente para el trabajo de la prensa. Fue colocada en el patio, a pocos metros de la sala donde se desarrolla el juicio, y cerca de la salida por calle Alvear. Pupitres de colegio, un parlante y un televisor fueron puestos a disposición para seguir el debate oral y público. Con la intensidad de los rayos del sol se incorporó un ventilador de pie -para más de 20 personas- ante el calor de la jornada y la temperatura que levantaba la tela verde del lugar.

La carpa donde trabaja la prensa. (Alan Monzón/Rosario3.com)

Al lado de los periodistas se instaló un techo para que los familiares de los acusados pudieran sentarse y seguir lo que ocurre en el juicio.

La primera audiencia se inició a las 9.52. El presidente del Tribunal Oral Federal N° 3 Ricardo Moisés Vázquez solicitó que se acreditara que todos los procesados y defensores estén en los lugares correspondientes y luego el secretario empezó a leer las requisitorias de elevación a juicio de cada causa que se comenzó a juzgar. La primera en ser leída fue la investigación conocida como “Los Patrones”, que es la causa más importante de las 5, con 32 personas involucradas en una organización narco con distintos roles, según la acusación.

Dentro de la sala estaban las 17 de las 39 personas procesadas por Los Patrones y las causas conexas. De ese número, 5 se encuentran en libertad y el resto cumple arresto domiciliario. Los restantes 22 acusados seguían a través de videoconferencia el avance de las páginas del documento. Esposados, sentados en un salón pintado de blanco en el penal federal de Ezeiza, y rodeados de uniformados fuertemente armados.

El entusiasmo y ansiedad de los cronistas por el inicio de un juicio inédito se diluyó con el transcurrir de los minutos. El secretario empezó a leer las 180 páginas de la requisitoria de elevación a juicio de Los Patrones a las 10.17. Recién a las 19.30 terminó la lectura de cuatro de las causas y también la jornada. Sólo faltó la lectura de una investigación llamada "Pavoni" que llegó al debate oral y público. Entre la mañana y el mediodía hubo dos cuartos intermedios, uno breve para resolver un planteo del abogado Fausto Yrure y otro para almorzar.

El planteo de Yrure se basó en que todos los acusados deben estar físicamente en la sala, no a través de videoconferencia. Agregó que los 22 detenidos seguían la lectura de las requisitorias esposados, cuestión anormal ya que sólo se utiliza la sujeción para realizar traslados de arrestados o ante el peligro de fuga. "Es empujarlos a que no quieran presenciar las audiencias. Las esposas marcan las muñecas, lastiman", enfatizó. Tras un cuarto intermedio, los jueces rechazaron el recurso y de esta forma permitieron que los procesados continúen esposados en Ezeiza mientras escuchan los elementos de las investigaciones.

Los periodistas, ante el calor y la desocupación de una sala en el primer piso del edificio, fueron sacados de la sofocante carpa de campaña de Gendarmería para continuar oyendo las lecturas de documentos.

La primera jornada se dedicó sólo a escuchar la información volcada en cada cuatro de los cinco textos de las investigaciones. Se presume que este viernes los abogados presentarán nulidades, nuevos pedidos para que algunos de los alojados en Ezeiza estén presentes en la sala, y la recusación de los jueces Ricardo Vázquez y Eugenio Martínez por presunto prejuzgamiento.

Cómo sigue

El viernes se desarrollará la segunda jornada, donde se presentarán recursos por parte de los defensores. La tercera y la cuarta tendrán lugar el próximo lunes y martes. Luego se retomará recién los jueves y viernes del mes de octubre con declaraciones testimoniales.

La situación se debe a que los jueces también están afectados a otro juicio en Buenos Aires y deben viajar para ese debate oral y público. Como un juicio no puede pasar más de 10 días sin actividad, los magistrados resolvieron llevar adelante los dos trámites al mismo tiempo, pero de forma entrecortada.